Carlos Taberner Segarra -València, 1997- es uno de los tenistas jóvenes del momento. A sus 20 años, el pupilo de Pablo Lozano y José Altur en la Lozano-Altur Tennis Academy apura estos días sus vacaciones en la capital del Turia. Acaba de terminar la mejor temporada de su corta carrera y ya prepara la que se presenta como la más emocionante. Al menos, los retos que tiene por delante, lo son. El primero, nada más y nada menos, el Open de Australia, donde participará en la previa en lo que será su debut en un Grand Slam. Para conseguirlo, ha tenido que dar un salto de más de cien puestos en el Ranking ATP en un año 2017 que ha sido el de su confirmación. Carlos Taberner ha llegado para quedarse.

Arrancaba la temporada en el puesto 315 del mundo y la ha acabado en el 181. Un salto de vértigo que le ha costado sudor, esfuerzo y, sobre todo, fortaleza mental. "Empecé en Túnez, en unos Futures para poder ganar algunos puntos y mejorar el ranking de cara a jugar Challengers más adelante. Los primeros torneos tampoco sumé demasiados puntos. Sobre el mes de abril, cuando empezaban los Challengers en tierra, fui poco a poco ganando algún partido de las fases previas, aunque también me daban alguna paliza de vez en cuando. Luego jugué un par de Futures y luego otro Challenger, y coincidió que hice semifinales. En septiembre es cuando hago los mejores resultados y cojo bastantes puntos", resume su temporada Carlos.

"Para mí ha sido muy bueno el año y, si tuviera que ponerle una nota, sería un 8´5", reconoce el tenista valenciano, quien tuvo que adaptar su juego para poder asimilar ese cambio de los Futures a los Challengers. "He tenido que mejorar cosas que, si seguía jugando Futures, no tendría que haber mejorado. He mejorado el saque, la agresividad, el físico y el aspecto mental", afirma Taberner, quien en 2017 ha jugado dos finales de Challenger, más incluso de lo que esperaba a principios de año.

La primera de esas dos finales, en Bosnia, no fue la mejor de las experiencias. "Horrible", así la define Carlos. "Durante el torneo no jugué a un nivel increíble, aunque competí muy bien y llegué a la final. Ese día jugábamos a las 12:00, llovió muchísimo y no empezamos hasta casi las 16:00. Quizá pequé un poco de novato, porque el otro jugador entró a tope y a mí me faltó la chispa y muchísima más intensidad desde el principio. Me pasó por encima", confiesa tras perder aquel día por un doble 6-1 en menos de una hora.

La semana siguiente, llevado por la inercia positiva, se plantó en otra final, esta vez en Rumanía. "Venía dolido de la final anterior. En mi cabeza, con ganar un par de partidos en ese torneo estaba contento, pero llegué de nuevo a la final. Ahí sí que jugué mucho mejor. Lo preparé mejor y entré con mucha más intensidad, pero el otro jugador en ese momento era mejor que yo. Me ganó 6-3 y 6-3, siendo superior, pero al menos salí diciendo que había jugado", señala.

Ahora, instalado en el Top 200, Carlos Taberner tiene ante sí una temporada 2018 de lo más ilusionante. El primer reto será la previa del Open de Australia, pero eso será solo el principio. "El planteamiento general del año también está un poco en el aire. Dependerá de si quiero seguir jugando casi todo tierra, o si quiero hacer algo de pista dura. Tengo que mejorar en pista rápida si quiero ser bueno porque arriba hay más torneos en rápida que en tierra. Igual no gano muchos partidos al principio, pero mejoro en rápida y a la larga puede ser mejor", confiesa el valenciano, quien tiene los pies en el suelo y nunca ha tenido prisa por lograr su sueño, ser uno de los mejores tenistas del mundo. Para acercarse más todavía, tiene intención de jugar ya más previas de torneos ATP en la temporada 2018.

Para un joven que a los 13 años decidió dejarlo todo por ser tenista, no ser el ´nuevo Nadal´ a sus 20 años no le supone mayor presión. "Yo he ido mejorando poco a poco. Gente como Nadal, a los 15 años ya son los mejores del mundo. No noto presión por eso", confiesa Carlos, cuyo referente siempre fue más Ferrer. "Emplea un juego táctico que me gusta mucho y se asimila más al mío", asegura.

Así pues, València tiene un nuevo tenista llamando a las puertas de la élite mundial. No le pierdan la pista porque promete dar mucho que hablar en los próximos años.