Ya es algo habitual en los últimos años y por eso los tenistas empiezan a estar hartos. Las altas temperaturas que vive la ciudad de Melbourne durante la disputa del Open de Australia están poniendo en peligro la salud de los tenistas. La última en comprobarlo ha sido la francesa Alize Cornet, que ha sufrido un golpe de calor durante su partido ante Elise Mertens.

"No somos robots, no somos fichas que pones a jugar en una pista. Quizás haga falta que nos unamos los jugadores y provoquemos un boicot. Si no, es como si el Open estuviera esperando a que hubiera un drama de verdad para cambiar su política", dijo Cornet tras el encuentro en el que sufrió el golpe de calor, el cual consiguió acabar, perdiendo 7-5 y 6-4.

Con temperaturas por encima de los 40 grados mientras jugaba su partido, Cornet llegó un momento que no pudo aguantar el calor y sufrió un colapso. Tuvo que ser atendida por los médicos del torneo, pero aún así la organización no ha considerado necesario todavía activar el protocolo de calor extremo y suspender algún partido.