Rafa Nadal ha vuelto a demostrar este domingo que es el mejor tenista de la historia sobre tierra batida al imponerse a Kei Nishikori en la final de Montecarlo Kei NishikoriMontecarlo y lograr su undécimo título en este Masters 1.000.

Una gesta quizá irrepetible, pero que esconde mucho trabajo, esfuerzo y ambición,como quedó patente con una anécdota que protagonizó un día antes de la final al acabar su semifinal.

Y es que tras derrotar a Dimitrov, el balear se dirigió rápidamente a su bolsa para coger su móvil y escribir un misterioso WhatsApp ante la sorpresa de todos los aficionados. Una situación atípica que el propio Nadal quiso explicar y que demuestra el por qué es el número 1 del mundo.

Y es que lejos de celebrar su victoria o querer tomarse un descanso para preparar la final del día siguiente, Nadal quiso irse directamente a entrenar para mejorar un aspecto de su juego del que no había quedado contento pese a derrotar con contundencia Grigor Dimitrov en dos sets por 6-4 y 6-1.

"Era un mensaje para Carlos Moyá, para decirle que reservara una pista de entrenamiento ya. Quería pegar algunas derechas que creo necesitaba para mañana”, en referencia a la final de este domingo.