El tenista alicantino David Ferrer encara la última temporada de su carrera con el objetivo de "acabar lo mejor posible" y, para ello, está entrenándose "igual que cada año" para afrontar, en 2019, sus últimos seis torneos en el circuito profesional.

"Estoy entrenando con intensidad, como siempre. Intentando llegar lo más preparado posible a principio de año. Y no me está constando, porque me gusta el tenis, me gusta jugar y me lo paso bien. Estoy algo más mermado por los problemas en el tendón de Aquiles, pero tengo un extra, que es el final de mi carrera, y me ilusiona intentar acabar lo mejor posible", manifestó.

Ferrer estuvo este lunes en la Heredad Segura Viudas de Torrelavit (Barcelona), donde recibió un homenaje de la Asociación de Periodistas del Tenis (APT) por una carrera en la que ha ganado 27 títulos ATP y 3 Copas Davis.

El tenista de Xàbia, que llegó a ser el número 3 del mundo, llegó a encadenar diez temporadas consecutivas manteniéndose entre los 20 primeros del circuito profesional.

Junto a Ferrer, también recibió un reconocimiento de la APT el entrenador y excapitán de la Copa Davis Josep Perlas.

Retirada definitiva en 2019

A sus 36 años, David Ferrer ha decido poner punto final a su carrera. "Llevaba año y medio o dos que los resultados no eran los que quería y, en el último año, al ser padre de familia, todo me ha costado un poco más. Pero no lo dejo por mí familia, sino porque no puedo mantener el ránking que me gustaría", razonó.

Ahora, al tenista alicantino le apetece "ir un poco más pausado", disfrutar de su mujer, Marta, y su hijo, Leo, en Xàbia, su ciudad natal. "También de una perrita pequeña que tengo ahora y de mis padres, que empiezan a hacerse mayores y ahora puedo estar un poco más de tiempo con ellos", añadió.

En este 2019, David Ferrer disputará el torneo de Auckland, luego la Copa Hopman, y después Buenos Aires y Acapulco, antes de despedirse definitivamente en Barcelona y Madrid.

"He elegido los torneos de los que tenía mejores recuerdo, en los que me he sentido más querido. Auckland lo he ganado cuatro veces, Buenos Aires, tres, Acapulco, otros cuatro, la Copa Hopman era un torneo por equipos que nunca había tenido la oportunidad de jugar y tenía que despedirme definitivamente en el Godó y en Madrid", explicó.

Entre los mejores recuerdos de su carrera, Ferrer destaca su victoria en el Masters 1.000 de París-Bercy, y las Davis logradas en en Barcelona y Sevilla.

Los momentos más duros fueron "la bola de partido" que tuvo en la final de Miami y las "tres bolas de partido" que tuvo junto a Feliciano López para colgarse la medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Londres.

Espina clavada en el Conde de Godó

Pero una de sus "grandes espinas clavadas" es no haber ganado nunca el Conde de Godó. En Barcelona hizo cuatro finales, pero las cuatro las perdió contra Rafa Nadal. "Me duele muchos no tenerlo en mi palmarés", aseguró.

Preguntado por si le ha perjudicado haber coincidido en el circuito con tres de los mejores tenistas de la historia como el propio Nadal, Roger Federer y Novak Djokovic, Ferrer prefiere verlo "por el lado positivo".

"En parte, gracias a ellos he sido mejor tenista, más ambicioso. Además, con Rafa he ganado tres Copas Davis que sin él seguramente me habría costado mucho más ganar", indicó.

Cuando se retire del tenis, ya con 37 casi recién cumplidos, no sabe a qué se dedicará, aunque adelantó que, de un modo u otro, seguirá ligado al deporte de la raqueta.

Entre otras cosas podrá disfrutar del tenis de los nuevo talentos del circuito como aficionado. En este sentido, Ferrer tiene claro que uno de esos nuevos jugadores que dominará la ATP será el alemán Alexander Zverev.

"Sin duda es un jugador con mucho talento que está todavía por explotar mentalmente. Tiene aun margen de mejora y, si domina esos impulsos, será un número uno consolidado, porque tiene todas las armas y, a parte, es trabajador", resumió.