Rafa Nadal volverá a jugar un Grand Slam la próxima semana en Australia después de no hacerlo desde el pasado Abierto de Estados Unidos, cuando se retiró de su partido de semifinales contra Juan Martín del PotroJuan Martín del Potro tras sufrir una lesión en el tendón rotuliano de su rodilla derecha.

Y para su regreso a un grande del calendario, Nadal vuelve con una novedad en su juego y es un cambio en la mecánica de saque. Algo en lo que ha trabajado en los últimos meses y que explican con detalle sus entrenadores en declaraciones a 'ATPTour.com'.

"Buscamos que haga más daño y que la bola le vaya un poco más rápida", cuenta Carlos Moyà. "Siempre habíamos tenido la sensación de que la pelota de Rafa iba rápida en el saque, pero al botar se frenaba un poco. Ahora, con un movimiento más fluido, perseguimos que la pelota bote y no pierda toda esa velocidad”.

“El cambio se basa en tres pilares”, le sigue Francis Roig, el técnico que acompañó al número 2 del mundo la semana pasada en Brisbane. “El primero, que cuando empieza a ejecutar el swing lleva la mano más rato por abajo, en lugar de levantarla lateralmente. El segundo, que en el momento de lanzar la pelota al aire no hace tanta flexión, aguanta mucho más el cuerpo arriba, bien erguido, en lugar de sentarse porque así pierde dinamismo. Y el tercero, que entra bien con la pierna derecha dentro de la pista tras caer”, radiografía detalladamente Roig.

“Además”, añade el entrenador catalán, “con el segundo saque la parábola que hace la pelota es ahora un poco diferente. No lleva tanto efecto, va más directa en este segundo saque”, explica Roig. “Puede tener un poco más de riesgo, pero también un poco más de ventaja: al rival le cuesta entender el movimiento de la bola porque le embiste más”.

“Todo esto vino después del US Open, al tener tiempo para poder probar cosas”, confiesa Moyà. “Rafa estaba por la labor. Fue muy positivo porque surgió de él y decidimos intentarlo. Hay cosas que veíamos desde hacía tiempo, pero por por culpa de la rodilla y del pie no habíamos podido ponernos manos a la obra”, añade el técnico mallorquín. “En invierno ha estado más o menos bien, lo intentó, encontró continuidad y se sintió cómodo”, celebra el mallorquín.

“Al final, son detalles, no es algo radical”, asegura el exnúmero 1 del mundo. "Obviamente, al principio le costó cambiar un poco el chip. A ese tipo de cambios hay que darles tiempo y lo hemos tenido para probar y ajustar cosas. Se ha ido encontrando cómodo, lo está aplicando en partidos de entrenamiento y se siente como si hubiera sacado así durante toda su vida”.