Benoit Paire y Jo-Wilfried Tsonga debutaron en el torneo de Halle en un duelo en el que no dudaron en improvisar un partido de fútbol-tenis, para deleite de los espectadores.

Al saque de Paire, este vio cómo su raqueta se le resbalaba, y automáticamente, se le ocurrió devolver la pelota con el pie, a lo que Tsonga correspondió y le siguió el juego, con toques de cabeza y de pecho incluidos.

A la postre, Tsonga fue el vencedor del partido al imponerse a su compatriota por 6-4 y 7-5 en una hora y veinte minutos.