Rafa Nadal ha confesado secretos nunca revelados del considerado por muchos el mejor partido de la historia del tenis, la final que ganó a Roger Federer en Wimbledon en 2008, luego de perder dos finales en 2006 y 2007 precisamente ante el suizo.

En estas fechas se estaría disputando Wimbledon, tercer Grand Slam y el único sobre hierba, y aplazado hasta 2021 con menos pérdidas que otros gracias a su seguro por pandemias, que le ha garantizado 110 millones de euros.

Este viernes Rafa Nadal repasó su trayectoria en el torneo londinense en el programa 'Nadal visto por Nadal' que emitió #Vamos de Movistar, desde su debut en 2003, aunque antes jugó el torneo junior, el único que ha disputado el manacorí en esta categoría dentro de un Grand Slam.

Nadal sumaba por entonces cuatro de los doce Roland Garros que atesora, y en un partido con varias paradas debido a la lluvia en una pista central sin techo retráctil, supo frenar la remontada del helvético antes de que el partido se aplazara al lunes por falta de luz.

"No lo he contado nunca, pero en la final de Wimbledon de 2008 tuve que jugar con el pie dormido desde el comienzo del partido", recuerda Nadal en el programa de televisión, ante unas interrupciones que no ayudaban a la infiltración diseñada por su médico. Aunque sabido es que el balear tiene el umbral del dolor bastante elevado, como ha demostrado en otras ocasiones a lo largo de su carrera.

"Estos últimos Wimbledon no he ganado ninguno pero los he disfrutado muchísimo", añade, recordando la final de 2011 que cedió ante Djokovic, inicio de un calvario de juego en la hierba, superficie en la que las rodillas sufren muchísimo al tener que jugar más agachado de lo normal.