Como en los viejos tiempos, en individuales, cuando se enfrentaron hasta nueve veces (con siete triunfos para el de Xàbia y dos para el exnúmero uno del mundo y único ganador valenciano de Grand Slam, en Roland Garros), y también en dobles, como en ese último baile juntos en el Ágora cuando el de Ontinyent colgó la raqueta en semifinales del Valencia Open de 2012. Solo que ahora, ni se enfrentaron ni hicieron pareja.

David Ferrer y Juan Carlos Ferrero, eso sí, deleitaron al público que este miércoles, entre estrictas medidas sanitarias para frenar la COVID-19, asistió a la exhibición con la que se abrió el torneo del 25 aniversario de la Academia JC Ferrero-Equelite, una competición que fue aplazada el pasado mes de junio para garantizar la seguridad y que se disputará hasta el próximo domingo.

A la exhibición se sumaron la mejor raqueta valenciana y segunda española de la actualidad, Roberto Bautista, y Pablo Carreño, ganador de la Copa Davis junto al castellonense.

Bautista derrotó a Ferrero a un set (6-4), y Carreño hizo lo propio ante Ferrer (6-3), antes del desempate que se llevaron Ferrer y Bautista ante los anfitriones (7-5), en una jornada a la que asistió medio aforo, 300 espectadores, con mascarillas, geles y distancia de seguridad. La jornada concluyó con la cena oficial de tenistas y organizadores.

Un preámbulo excelente para un torneo que desde este jueves y hasta el próximo sábado se disputará en formato round robin o liguilla entre dos grupos de tres jugadores, cuyos ganadores disputarán la final el domingo, cuyo premio irá destinado a la entidad benéfica que el ganador decida.

El propio Pablo Carreño (25 del mundo), y Álex de Miñaur (26), son las estrellas de unos grupos que se completan con la joven promesa murciana de Equelite Carlos Alcaraz, Joao Sousa, Alejandro Davidovich y el ilicitano Mario Vilella.