En individual y en dobles. Pedro Martínez Portero logró cerrar un fin se semana perfecto en Marbella con sus victorias en las finales del sábado y domingo, con Gerard Granollers como compañero en la primera y con el mallorquín Jaume Munar como rival en la segunda.

Un doblete que confirma la progresión meteórica del alcireño en el último año y que le ha permitido también alcanzar su tope histórico en el ranking ATP, al llegar hasta la 82ª posición en individuales y la 159ª en dobles.

El valenciano, que venía de perder ante Carlos Alcaraz la final de Villena, alcanzó también este año y por primera vez en su carrera, la tercera ronda de un Grand Slam, al superar la fase previa de Roland Garros y derrotar en París al australiano Aleksandar Vukic y al kazajo Mikhail Kukushkin.

El mejor año de su carrera coronado con un doblete en Marbella que le ayuda también a quitarse el mal sabor de boca de anteriores Challengers. «Este título significa mucho para mí. Ha sido la guinda al buen año que he hecho. Tenía un balance en finales de Challenger algo negativo y poder ganar en España me da confianza. La verdad es que me siento muy satisfecho», señaló en declaraciones a la ATP.

Y no es para menos, ya que sacó adelante un partido que se fue más allá de las tres horas, con un primer set de una hora y 34 minutos. «Pocas veces se ve un set así. No recuerdo haber jugado nada parecido en toda mi carrera. Fue clave resistir para afrontar con fuerza el segundo set. Me lo pude llevar por muy poca diferencia y podía haber caído de cualquier lado. Por suerte, supe mantenerme fuerte en el tiebreak».

El alcireño necesitaba una victoria así y explica el porqué. «Había tenido finales cerca y no las terminaba de ganar. En Villena hace unos días tuve set de ventaja, jugué otra en Barcelona con Carballés que no pude rematar... Me ponía algo tenso a la hora de aprovechar las ventajas y se me escapaban los partidos. Recuerdo otra similar en Villena en 2019 con Andújar que se me escapó por un pelo. Lo importante es estar ahí, competir hasta el final los partidos».

Respecto a su fuerte temperamento en a pista, añade que «he mejorado y tengo mucho margen por delante. Hay que seguir trabajando y uno nunca debe dejar de mejorar. Confío en ir domando mi carácter y estoy aprendiendo cada vez más a convivir con él. Trato de aprovechar toda esa energía a la hora de jugar. Con trabajo y paciencia vamos dando pasos».