El mensaje de Nadal a Federer tras su retirada

El balear se emocionó tras hacer pareja con el suizo en el último partido de su carrera

Rafa Nadal y Roger Federer, en el último partido profesional del suizo

Rafa Nadal y Roger Federer, en el último partido profesional del suizo / EFE

Una rivalidad histórica, pero también dos amigos. Rafa Nadal y Roger Federer han dado juntos durante años una lección de nobleza y respeto mutuo y lo han hecho hasta el final. El desenlace ya es por todos conocido: el español formó pareja con el suizo en su último partido y ambos lloraron al acabar.

En unas declaraciones a COPE, el balear describió lo que sintió en el homenaje a su gran rival: "Soy una persona sensible, cuando ves despedirse a alguien a quien aprecias es difícil no emocionarse. Se me fue un poco de las manos y lo peor es que cuando me fui a la habitación yo solo me volví a emocionar. Era difícil que no ocurriera por todo lo que vivimos esa noche".

Rafa Nadal no piensa en su retirada

Pese a haber pasado malos momentos por su lesión crónica en el pie, el de Manacor todavía no se imagina cómo será su adiós a las pistas: "Con 36 años y medio sé que estoy en la recta final de mi carrera, pero no me lo planteo. Mi emoción no era por eso, era simplemente el momento y la persona que se retiraba y la admiración hacia Federer".

Por otro lado, Rafa afirma que su relación con Roger siempre fue buena desde el principio y además se fortaleció con los años: "Las personas normales aprecian al rival, siempre y cuando el rival sea buena gente. Nuestra forma de ver el mundo y la rivalidad en sí ha hecho que nuestra relación personal haya sido probablemente más importante que la profesional. Hemos llegado a un punto los últimos diez-doce años que hemos apreciado especialmente lo que son todos estos partidos".

Por último, Nadal apunta que su mejor partido contra Federer fue la mítica final de Wimbledon de 2008 y el segundo más importante la de Australia en 2017, cuando ambos volvieron a lo más alto tras superar duras lesiones. También reconoce que en el momento de la final de Roland Garros 2009 prefería que perdiera el suizo por su lucha por el número 1, pero acabó alegrándose por él. Finalmente, como anécdota, confesó que pidió la camiseta al suizo cuando le ganó la final de Hamburgo 2007, en la que rompió su extraordinaria racha de 81 victorias seguidas en tierra batida. La tiene guardada de recuerdo.