El colombiano Fernando Gaviria (Quick Step) volvió a mostrarse intratable al esprint, en una llegada muy competida, y firmó el doblete en el Tour de Franciasuperando la oposición de Peter Sagan en la recta de meta de la cuarta etapa disputada entre La Baule y Sarzeau, de 195 kilómetros, en la que el belga Greg Van Avermaet (BMC) conservó el maillot amarillo.

Gaviria, de 23 años, es el esprinter más en forma del pelotón. En su debut en el Tour ganó en Fontenay Le Comte, cayó en la segunda etapa y a la tercera opción firmó el doblete con una exhibición de fuerza ante rivales como Peter Sagan (Bora) y el alemán André Greipel (Lotto Soudal), segundo y tercero, todos con un tiempo de 4h.25.01, en una jornada que se cerró a una media de 44.15 kms/hora.

El ciclista de La Ceja (Antioquía), nervioso hace unos días por su debut, va por la senda mostrada el año pasado en el Giro de Italia, donde se llevó 4 etapas en su estreno. La inquietud no le afecta al colombiano, quien ha pedido encarecidamente que no se le denomine con el apodo de "misíl" por las connotaciones bélicas del término.

No faltó el susto de rigor, pues a 5 kilómetros de meta hubo una montonera que atrapó a Mikel Landa y al colombiano Rigoberto Urán, pero ambos lograron enlazar con el grupo y no sufrieron daño alguno, no así el ruso Ilnur Zakarin, quien se dejó un minuto.

En la general no hubo cambios y Van Avermaet podrá ver la semifinal del Mundial entre su país y Francia con el maillot de líder del Tour. El clasicómano del BMC es un gran aficionado al fútbol, no en vano fue portero del Beveren, pero al final se inclinó por la bicicleta.

Los favoritos sin cambios. El primero de todos es el holandés Tom Dumoulin (Sunweb), séptimo, con los Landa, Valverde y Froome a más de 40 segundos. El último entre los candidatos es Nairo Quintana, a 2.08 del líder y 1.13 de su rival número uno, Chris Froome.

Era un día para esprint sí o sí, terreno llano y recta final interminable de 4 kilómetros, un trayecto entre la Loira-Atlántica hasta el límite sur de Bretaña, región frecuente en el Tour, aunque nunca antes había llegado la carrera al golfo de Morbihan, concretamente a la localidad de Sarzeau, con alcalde ilustre, nada menos que David Lappartient, presidente de la Unión Ciclista Internacional.

La cuarta etapa, en un minuto.

De salida se formó una fuga con Van Keirlsbuck (Wanty), un peso pesado de 85 kilos, nieto de Benoni Beheyt, campeón del mundo en 1963, Cousin (Direct Energie), Claeys (Cofidis) y Anthony Pérez, éste último con abuelo jiennense, olivarero por aquellas tierras antes de emigrar a Francia en tiempos duros.

Pronto se inició el juego del ratón y el gato. Primero relajación del pelotón hasta acumular un retraso de 7 minutos que conectó la alarma. Del grupo de Van Avermaet tiraron Bevin y el gigante suizo Michael Schär para estabilizar la escapada en torno a los 4 minutos.

No podía ir muy lejos la fuga, pues Groupama-FDJ, Lotto-Soudal, Lotto-Jumbo y Quick Step pusieron un hombre por equipo en cabeza en busca de los huidos. No obstante hubo cierta incertidumbre, pues a falta de 10 kilómetros para meta la avanzadilla aún contaba con 1.10 minutos y ninguna estaba dispuesto a claudicar gratis.

Una caída removió las entrañas del pelotón, que volaba a 57 kms/hora. Al suelo se fueron entre otros Mikel Landa, Rigoberto Urán e Ílnur Zakarin. Los dos primeros enlazaron antes del sector de seguridad de los 3 kilómetros, no así el ruso, que cedió un minuto.

El resto de la historia la empezó a escribir el Quick Step, en la recta de meta más larga del Tour 2018, nada menos que 4.000 metros a alta velocidad, donde hubo desorden hasta que la escuadra belga puso al frente al argentino Maxi Richeze, llevando a Gaviria hasta que el colombiano arrancó de lejos.

Pura potencia, arrancada bestial y así hasta cruzar la raya, no sin dificultad, pues Sagan y Greipel le discutieron la victoria hasta el último centímetro. La segunda victoria para el barbudo doble campeón mundial de omnium y la novena de la temporada. Un apasionado de los caballos, tiene 5, dos de ellos españoles y aficionado a la MotoGP, cuyo ídolo es Jorge Lorenzo. De velocidad sabe algo Gaviria. Pero de misíl, por favor, nada de nada.

La quinta etapa se disputa este miércoles entre Lorient y Quimper de 2014,5 kilómetros.