El alavés Mikel Landa (Movistar) confía en que en este segundo día de descanso del Tour 2018 remitan definitivamente las molestias en la espalda consecuencia de su caída en Roubaix y su mirada está puesta tanto en "acabar en el podio" como en "conseguir una victoria de etapa".

"En la etapa de Carcassonne ya noté mejoría en la espalda y rodé sin molestias y espero que el día de descanso sea el definitivo para afrontar bien los Pirineos", ha comentado antes de rodar unos kilómetros y esperar la llegada de las jornadas pirenaicas. Otro aspecto que también le estimula para intentar alcanzar sus objetivos en los Pirineos es "el apoyo" incondicional que tendrá de los aficionados españoles en un terreno que conoce y en el que ha realizado parte de su trabajo de preparación.

Sobre su situación en la clasificación general ha recordado que "no hay que olvidar" que él se encuentra en la sexta posición a 3:42 del líder, el galés Geraint Thomas (Sky), y su compañero Nairo Quintana es octavo a 4:23. "Vamos a seguir intentándolo y pienso que tanto Tom Dumoulin (Sunweb) como Primoz Roglic (Lotto Jumbo) deberían ayudar y colaborar", ha explicado sobre las opciones que se presentan ante la llegada de las etapas en los Pirineos.

Un aspecto importante que puede marcar el desarrollo de los acontecimientos es la expulsión del Tour por agresión del italiano Gianni Moscon (Sky), con quien ha asegurado "no he tenido ningún problema" y lo ha calificado como "un buen chaval". "Han perdido un hombre importante y polivalente que hace un gran trabajo en el llano y en las subidas, por lo que el equipo será un poco más débil", ha comentado.

Coliderato en el Sky

"Empezamos lejos de ellos pero con la esperanza de que la tercera y última semana es la que nos ha ido mejor siempre. Vamos a intentar lo que no hemos podido hacer la semana pasada", ha insistido. Otro aspecto que no sabe cómo van a llevar los líderes del Sky es el coliderato de sus dos mejores hombres, los británicos Geraint Thomas y Chris Froome.

"No sé cómo lo van a llevar pero hasta ahora parece que hay paz. Los dos tienen mucha ambición, uno por ganar el Tour y el otro por ganar el que sería el quinto Tour. En algún momento aparecerá el ego de cada uno", ha analizado. Las tres etapas pirenaicas presentan perfiles muy duros y exigentes pero con kilometrajes antagónicos, ya que una será de tan solo 65 kilómetros y las otras dos, este martes y la otra el viernes, un día antes de la contrarreloj, por encima de los 200 kilómetros.

"La etapa corta es una novedad y tenemos ganas de hacer algo. Las largas, sobre todo la última, la gente que vaya por delante en la clasificación intentará guardar algo para la contrarreloj. No se sabe lo que puede pasar", ha comentado.