El Tour de Francia de 2018, que terminó este domingo en París con la victoria al esprint en la última etapa del noruego Alexander Kristoff, cambió de dueño a nivel individual, con el título final para Geraint Thomas, pero sin salirse del dominio del Sky.

El equipo más fuerte en el pelotón internacional en los últimos años llegaba con un campeón mermado, Chris Froome, que este año ganó el Giro de Italia, venciendo en la única gran vuelta que faltaba en su palmarés.

Froome, que buscaba su quinto triunfo en el Tour de Francia, pagó el esfuerzo del Giro de Italia, igual que le había pasado un año antes a Nairo Quintana.

Thomas, a sus 32 años, cuando nadie lo esperaba, se convirtió en alternativa a Froome y se benefició del rodillo Sky, que arrasó con lo que se ponía a su paso.

El guion no fue tan onírico como los miembros del Sky hubieran querido, ya que recibieron muchos abucheos.

Froome, al que se había abierto un expediente antidopaje, recibió el permiso para competir en el Tour cinco días antes de su inicio. Pero él y su equipo fueron blanco de las iras de una parte del público. Froome incluso recibió un empujón en la subida al Alpe:

Sky fue poco a poco haciendo valer su fuerza. Con 40 millones de presupuesto anual, duplica al Sunweb, el equipo del holandés Dumoulin, segundo en la clasificación general.

Thomas se hizo con las dos etapas importantes en los Alpes, la undécima con final en La Rosiere, y la duodécima, que terminó en el mítico Alpe D'Huez.

El futuro del Sky parece asegurado con su joven joya colombiana, Egan Bernal, cuando Thomas y Froome tienen 32 y 33 años, respectivamente.

El final del Tour 2018, que ha examinado en sus 105 ediciones cada mes de julio a los mejores ciclistas del pelotón internacional, ha dejado una nota de aprobado justo para el único equipo español del 'World Tour', el Movistar. El único triunfo español de etapa en la carrera ha sido el del vizcaíno Omar Fraile, del equipo Astaná, que conquistó la etapa con final en Mende.

El triunfo en solitario del colombiano Nairo Quintana en la histórica etapa de 65 kilómetros entre Bagneres de Luchon y el Col de Portet en Saint Lary Soulan, ha sido el que ha permitido a la veterana formación elevar su nota media para superar la barrera del suspenso. Mikel Landa lo intentó en la última etapa de los Pirineos y acaba séptimo en la clasificación general, mientras que también ha brillado en la escuadra teléfonica el catalán Marc Soler.

A la salida de la Isla de Noirmoutier, el pasado 7 de julio, la formación que dirige Eusebio Unzue llegó con una opción única y casi innegociable. "Venimos a ganar", dijo.

Esa ambición suponía intentar romper su periodo más largo en sus 39 años de historia en el pelotón internacional sin ganar la carrera francesa.

Lo hicieron en 1988 con Pedro Delgado, al que siguió el lustro prodigioso de Miguel Indurain entre 1991 y 1995 ininterrumpidamente, para finalizar sus siete Tours victoriosos hasta el momento con Óscar Pereiro en 2006.

Pereiro ni siquiera se vistió de amarillo en los Campos Elíseos como hizo este domingo el galés Geraint Thomas (Sky), ya que se proclamó vencedor después tras confirmarse el resultado adverso en un control antidopaje del estadounidense Floyd Landis.

Desde aquel 2006, en este periodo yermo de triunfos, el Movistar los ha rozado en dos ocasiones con el ciclista de Boyacá en 2013 y 2015, los dos años en los que empezó el dominio del británico de origen keniano Chris Froome (Sky), quien en 2018 no ha podido sumar su quinto triunfo para unirse a los cuatro únicos ciclistas que suman cinco victorias: los franceses Jacques Anquetil y Bernard Hinault, el belga Eddy Merckx y Miguel Indurain.

Tres semanas y media después de defender en Cholet sus aspiraciones ganadoras, Unzue presentó el balance de su formación tras la contrarreloj de Espelette y aseguró: "No nos han salido bien las cosas desde el inicio".

Los primeros nueve días de carrera, con final en la mítica Roubaix tras superar 21,7 kilómetros de pavés, eran el punto de inflexión al que querían llegar para evaluar sus posibilidades, y para ellos allí comenzó su principio del fin. El mal desenlace de sus aspiraciones no fue en los principales escenarios que preveían inicialmente, sino en los secundarios.

Quintana perdió inesperadamente a falta de 4 kilómetros para el final de la primera etapa 1:15 con los mejores por un inoportuno pinchazo que terminó pesándole psicológicamente en los Alpes.

Su recuperación en el Col du Portet lo convirtió en victoria, pero al día siguiente una fuerte caída previa a la etapa más vibrante de los Pirineos, la Lourdes-Laruns, terminó por sacarle de la carrera. Ha acabado en el "top ten", un resultado demasiado pobre para un hombre que luce en su palmarés un Giro, una Vuelta y otros cuatro podios en grandes vueltas.

Por su parte, Landa, como el resto de sus compañeros, superó bien la compleja etapa del pavés, pero un exceso de confianza y un bache sorpresivo le mandaron al suelo. Del fuerte golpe le costó demasiado tiempo recuperarse como reeditar o mejorar la cuarta posición que conquistó como lugarteniente de Chris Froome en 2017.

Valverde intentó sumar su quinta etapa del Tour en la primera semana en Quimper y en el Muro de Bretagne, pero se encontró a rivales con un punto más que él.