El Tour de Francia recibió este viernes la autorización de la Unión Ciclista Internacional para excluir equipos en los que se confirmen dos positivos por Covid-19

Sin embargo, a pocas horas del inicio de la edición en Niza, persiste la incertidumbre sobre las condiciones a aplicar para que se pueda decretar la salida de un equipo: ¿Qué pasa si no hay tiempo para hacer el segundo test? ¿La norma afecta solo a los corredores o también al cuerpo médico, técnico y mecánico?

El director de la carrera, Christian Prudhomme, aseguró que deben ser las autoridades nacionales las que establezcan el marco en el que se debe excluir a un equipo, puesto que la referencia es la seguridad sanitaria y no el interés deportivo.

El Tour espera que el Ministerio francés de Sanidad se pronuncie "en las próximas horas", antes de que la 107 edición comience a rodar a la 14.00 horas de este sábado (12.00 GMT) en las calles de Niza.

La UCI ha impuesto sus reglas, que son iguales para las tres grandes pruebas de tres semanas, Tour, Vuelta y Giro: se puede excluir a un equipo en el que dos de sus componentes hayan dado positivo en dos test PCR en una semana de margen. De esta forma, se admite la demanda de los equipos, que pedían un segundo test por temor a los "falsos positivos".

Pero esa norma general debe ser aplicada en virtud de las leyes nacionales. Y el Ministerio francés todavía no se ha pronunciado. Sobre su mesa hay dos cuestiones. La primera es, ¿qué sucede con un positivo que se conozca a pocas horas de empezar la etapa del día siguiente?

El Tour asegura que necesita, al menos, dos horas para conocer los resultados de un test PCR, lo que puede crear situaciones comprometidas. Un ciclista controlado positivo por Covid-19 sin tiempo material para efectuarle un segundo test ¿puede tomar la salida? El Ministerio tiene que pronunciarse.

El segundo interrogante está en conocer si la norma de los dos positivos afecta solo a los 8 miembros del equipo ciclista, como piden los equipos, o a toda la formación, unas 30 personas, que componen también el cuerpo técnico, médico y mecánico. De nuevo serán las autoridades sanitarias francesas quienes determinen cual de las dos doctrinas se aplican.

El Tour asegura que no puede tomar una decisión de índole sanitaria y que, más allá de lo decidido por la UCI, serán las autoridades de cada país -de Francia para el Tour, de España para la Vuelta y de Italia para el Giro- quienes apliquen la norma.

Por ahora, todos los ciclistas han dado negativo. Todos ellos han pasado dos test y permanecen en una burbuja aislados del mundo, compuesta por unas 700 personas.

El Tour ha desplazado hasta la carrera una unidad móvil capaz de efectuar 50 test diarios en jornadas de competición y 350 en los días de descanso. En los dos previstos, todo el pelotón volverá a someterse a un doble test, para evitar "falsos positivos".

Además, todos aquellos que tengan algún síntoma serán controlados de forma habitual, para lo que el Tour cuenta también con los laboratorios oficiales de las ciudades por las que transcurra la carrera.

Prudhomme espera que con todo ese arsenal el pelotón pueda llegar sin problemas hasta París, pero es consciente de que el riesgo cero no existe.

El Tour ha cerrado el acceso al público durante la salida y la meta de las primeras etapas en Niza, por orden del prefecto de la región, que ha impuesto que, en la medida de lo posible, el paso de la carrera por su territorio se haga "a puerta cerrada".

Difícil controlar las cunetas de los más de 3.500 kilómetros por los que discurrirá el Tour. La organización recomienda que se respeten las distancias de seguridad y que se lleve mascarilla.