El Valencia Basket, pese a algunas lagunas puntuales, saldó con nota su choque ante el Laboral Kutxa de Lamar Odom. Un equipo que da la sensación de continuar a la deriva y que, al menos por el momento, no ha conseguido el efecto que buscaba con la llegada de la exestrella de la NBA. Un jugador muy alejado aún de su mejor forma y que apenas ayudó a los suyos a superar la férrea defensa del conjunto taronja. Ahí fue precisamente donde radicó la clave de la victoria, ya que tras el descanso los vitorianos sólo fueron capaces de anotar 20 puntos.

Hubo que esperar nueve encuentros, pero por fin el Valencia Basket logró firmar un buen arranque de partido. Algo fundamental ante un equipo del talento y calidad del Laboral Kutxa, ante el que cualquier mínima concesión podría haber resultado fatal. El cuadro taronja lo sabía y salió en tromba, dispuesto a poner tierra de por medio cuanto antes merced a una buena defensa (7-0; min. 3). Algunos errores ofensivos, sin embargo, impidieron abrir más hueco y eso lo aprovechó el conjunto dirigido por Sergio Scariolo para equilibrar la balanza tras un parcial de 2-9 (9-9; min. 5).

Perasovic movió ficha de inmediato y dio entrada a Bojan Dubljevic y Oliver Lafayette en sustitución de Triguero y Van Rossom. Un cambio providencial ya que a partir de ese momento los valencianos volvieron a coger aire , pusieron una marcha más y, tras dos rápidas contras,recuperaron el control del choque (15-9; min. 7). Fue el momento escogido por Scariolo para hacer debutar en la Liga Endesa a Lamar Odom, muy discreto en cuanto a números en estos primeros compases en la ACB, evidenciando una clara falta de forma física, pero cuyos intangibles permitieron al cuadro vasco estrechar diferencias al termino del primer acto (18-16; min. 10).

Pero el Valencia Basket comenzó el segundo cuarto mucho más entonado que su rival, lo que le permitió continuar arriba en el marcador sin demasiadas dificultades (28-19; min. 14). A Sergio Scariolo no le gustaba nada lo que veía y paró el partido en busca de soluciones con el ex taronja Leo Mainoldi y Tibor Pleiss. Estas se tradujeron en un parcial de 4-14 antes del descanso que complicó mucho las cosas para los locales (32-35; min. 20).

Tras el paso por los vestuarios los locales volvieron a recuperar la iniciativa. La clave, una vez más, estuvo en la defensa, desde donde el equipo crece más cómodo en ataque también (43-37; min. 25). Fueron los mejores minutos del cuadro taronja, ahora mucho más sólido y solvente en cada acción que el Baskonia. Scariolo, casi a la desesperada, decidió volver a dar entrada a Odom en busca de un revulsivo. Algo que hubiera sido casi milagroso en el caso del norteamericano, que fue recibido con un tapón con la firma de Dubljevic. El Laboral Kutxa se hundía, y esa jugada fue el más fiel reflejo de lo que pasó en la cancha en esos minutos. Y eso que fue el propio Odom el que firmó la última canasta en el cuarto, firmando así sus primeros dos puntos con la elástica de los vitorianos (55-46; min. 30).

Una acción que, sin pretenderlo, levantó el ánimo de un decaído Laboral Kutxa. Los de Scariolo iniciaron el último cuarto con energías renovadas, lo que unido a la monumental pájara ofensiva de los taronja sembró de dudas La Fonteta (59-54; min. 35). No obstante, pese a los muchos errores y perder el norte en ataque, los valencianos continuaron muy sólidos atrás. Un factor que a, a la postre, resultaría determinante junto con el regreso a la pista de Romain Sato. Y es que en cuanto los valencianos volvieron a encontrar aro, aunque fuera tímidamente, el partido se acabó para el Laboral Kutxa.