El interés del Valencia Basket por Satoransky era ya un secreto a voces, pero desde ayer ya es oficial, ya que el nuevo director deportivo del club, Chechu Mulero, confirmó que tiene puesto el punto de mira en el jugador del Cajasol. «Todo el mundo sabe que es un jugador interesante pero no solo para el Valencia Basket, para otros también y no creo que haya una fecha marcada para que se solucione».

El base ha dejado ya claro que su futuro está lejos del Cajasol y si no prospera este año su salto a la NBA, quiere jugar al menos un par de temporadas en un equipo de Euroliga, algo que le puede ofrecer el Valencia Basket ahora mismo y probablemente el siguiente año cuando cambie el sistema de licencias para la máxima competición europea.

Además, el club está dispuesto a hacer un esfuerzo económico por jugadores que considere interesantes y ahí podría entrar tanto el checo como Sato, si no acepta la propuesta que tiene sobre la mesa. Y es que Raga confirmó ayer que tienen previsto subir ligeramente el presupuesto para poder competir en la Euroliga. «Vamos a intentar aumentar el presupuesto para que se pueda hacer un mejor equipo, no está cerrado aún pero vamos a pedir aumentarlo un poco para mejorar».

A quien no podrán retener a pesar de esta mejora es al MVP de la Liga, ya que Justin Doellman tiene una simbólica cláusula de salida y tiene ofertas que no puede igualar el club. Eso sí, a pesar de eso, antes de que esta cláusula entre en vigor, Mulero recuerda que «el club hará efectiva la ampliación de contrato primero y él tendrá que decidir qué hace».

Cambio de roles

Chechu Mulero deja los banquillos y tendrá que trabajar con Perasovic desde los despachos, pero no cree que sea un problema su cambio de rol. «Son diez años como entrenador ayudante en la entidad pero es el momento de dejar el chándal y sentarse detrás de la mesa y espero estar a la altura del club. Ahora nuestra relación no va a ser igual, desde luego. Él mantendrá sus funciones y yo no estaré a su lado en la pista. Vamos a ver cómo nos va. Habrá que buscar un entrenador ayudante y todo funcionará».

Además, Mulero se muestra exigente y ambicioso de cara al nuevo reto que tiene por delante después de no haber aceptado el cargo años atrás al considerar que no podía compatibilizarlo con su función de segundo entrenador. «El nivel de exigencia es el que marquemos nosotros mismos pero no queremos dar pasos atrás. Tenemos que seguir construyendo y teniendo esa ambición. Ser director deportivo, entrenador o preparador físico supone asumir lo que es el Valencia Basket, que es un equipo puntero y eso implica una exigencia. Es más exigente jugar la Euroliga que la Eurocup pero también es más bonito jugar la Euroliga.

Sobre el adiós de Muedra, Raga añadió que «hemos llegado a acuerdos económicos tres veces pero este año no ha sido posible. Dentro del presupuesto no podemos llegar a las cantidades que nos piden».