Sam Van Rossom es el hombre que en las últimas dos semanas ha mantenido en vilo a la cúpula del Valencia Basket. Desde Paco Raga, consejero delegado, al entrenador Velimir Perasovic, pasando por el director deportivo, Chechu Mulero, esperaban casi con angustia la decisión del jugador para mover cuanto antes ficha en el mercado si decidía marcharse. Eso sí, afortunadamente para el belga, si lo hacia era para firmar por uno de los grandes de Europa, el CSKA. Algo que finalmente, como él mismo confirmó a SUPER, no sucederá.

«Siempre que un equipo de este nivel habla contigo y está interesado en incorporarte a su proyecto es muy gratificante. Es una forma de reconocer el trabajo que estas haciendo, una forma de hacerte saber que lo estás haciendo bien», indicó el base taronja. «El CSKA es un equipo que en los último trece años ha estado doce veces en la Final Four de la Euroliga, uno de los grandes de Europa y es muy ilusionante que te quieran con ellos. Pero tengo contrato en Valencia y no era fácil ir allí. En Valencia me siento muy bien, muy a gusto, jugando muchos minutos y la gente me trata con mucho cariño», explicó, antes de admitir que le costó mucho decidirse ya que «si hubiera sido otro equipo como el Khimki o el Unics ni siquiera me lo hubiera pensado. Si me tengo que ir del Valencia Basket es para buscar una situación mejor, pero con el CSKA me ha costado tomar la decisión».

Una decisión que, como ya avanzó ayer este periódico, pasa por continuar vistiendo la elástica taronja la próxima campaña. «Ha sido difícil elegir entre el Valencia Basket y el CSKA, bendito problema para mí como se suele decir, pero finalmente me quedo en Valencia. Me quedo convencido y muy feliz, lo tengo claro porque este es un sitio que me gusta un montón», confirmó el belga, que estos días se encuentra de vacaciones en su país.

«Llevo tres semanas sin hacer absolutamente nada», comentó entre risas. «Me estoy tomando un buen descanso porque la temporada ha sido larga y muy dura. Es la primera vez que acabo tan cansado. Hice la pretemporada en Valencia después de jugar el Eurobasket con Bélgica, y luego se junto todo ya que llegamos muy lejos en la Eurocup y la ACB. Todo esto unido es algo que nunca había vivido», relató Van Rossom, que por este motivo tiene decidido no participar en el Preeuropeo —del 10 al 24 de agosto— con su selección. Algo de lo que se beneficiará el equipo valenciano y el técnico Velimir Perasovic, que podrá disponer de él desde el primer día de la pretemporada.

«No voy a jugarlo. Llevo diez años jugando con Bélgica y he tomado la decisión de darme un descanso, también mental, pensando en el futuro de mi carrera. Un trabajo individual este verano me vendrá muy bien. Es algo que creo que necesito porque hasta ahora cuando llevaba tres semanas de vacaciones tenía ya muchas ganas de volver a jugar al baloncesto, pero ahora todavía no tengo esa sensación», destacó Sam, que en los próximos días tiene previsto comenzar a entrenar ya por su cuenta junto a su preparador físico.

En cuanto a su futuro, ya seguro en el Valencia Basket, Van Rossom lamentó la marcha de su ‘pareja de baile’ en La Fonteta, Oliver Lafayette, con el que «tenía una relación muy buena, nos entendíamos muy bien. Tomó la decisión de irse al Olympiacos y le deseo mucha suerte». En este sentido, era obligado preguntarle por el hombre con el que va a tener que repartirse los minutos a partir de ahora, el prometedor Guillem Vives. «Vives es un gran jugador, ha hecho una muy buena temporada en el Joventut y me hace mucha ilusión compartir puesto con él. Ojalá entre los dos podamos llevar al equipo a conseguir unos resultados similares a los del año pasado».

De él destacó su juventud y energía, aunque matizó que «veremos si eso es bueno o malo para mí». «Es muy joven y seguro que llega con muchas ganas. Veremos como funciona en los entrenamientos, aunque yo también soy un jugador duro que doy el cien por cien en cada sesión. Habrá que ver como progresamos los dos para alcanzar un nivel alto», dijo, convencido de que Vives no tendrá ningún problema de adaptación ya que aunque en «el Joventut jugaba de una manera diferente a como lo va a hacer ahora, eso no importa. Estoy seguro de que se adaptará bien. Es un buen defensor, puede apretar arriba, y en ataque ya hemos visto de lo que es capaz. Es bastante completo para su edad y espero que pueda crecer con nosotros».

Más complicado sin embargo será hacer olvidar a Justin Doellman, algo que «deberemos hacer como equipo ya que su calidad ofensiva es muy difícil de encontrar. No podemos esperar que Harangody u otro jugador haga lo mismo que él porque no va a ser así». Pese a ello, Van Rossom dejó claro que «la próxima temporada podremos seguir soñando. Me gusta el equipo que se está haciendo. Se han fichado a jugadores con calidad, jugadores que conocemos perfectamente porque hemos jugado contra ellos. Sabemos como juegan, los tres son buenos y seguro que tendrán un gran rol en el equipo». «Perder sólo cuatro partidos en la ACB es algo que no pasa cada año, pero vamos a intentar hacerlo lo mejor posible», concluyó.