Arrancaba la era post Perasovic con todas las miradas centradas en un Valencia Basket que saltó a la pista con ganas de 'morder' y de recuperar las señas de identidad que le habían hecho grande hace apenas unos meses. Con intensidad, presionando al rival y provocando pérdidas de balón, los taronja no tardaron en empezar a marcar diferencias (6-0; min. 2). Sin embargo, las cosas no iban a resultar tan sencillas como parecieron en esos primeros compases. Pese a que la actitud era inmejorable, algunos errores ofensivos y los problemas a la hora de controlar el rebote provocaron la reacción del UCAM Murcia. Liderado por un Neto sensacional, el conjunto pimentonero firmó un terrorífico parcial de 2-17 que dio la vuelta al partido por completo (8-17; min. 7).

A Carles Duran, que este sábado se estrenaba como técnico en la Liga Endesa, no le quedó otra que parar el encuentro para intentar reconducir la situación. Aunque lo cierto es que tampoco habían muchas cosas que cambiar ya que la sequía 'taronja' estaba propiciada más por errores en tiros librados que por un mal juego ofensivo. Eso sí, en defensa había que estar más atentos y ahí es donde incidió más el técnico catalán. Dicho y hecho. Los locales volvieron a apretar los dientes y, tras un parcial de 11-0 en el que la entrada de Pau Ribas y el rendimiento de Sato resultaron providenciales, recondujeron nuevamente la situación (19-17; min. 9).

A partir de ahí, interminable intercambio de canastas en el que el Valencia Basket sufría una y otra vez a la hora de frenar a Augusto César Lima. La defensa en la pintura debía dar un paso adelante para evitar males mayores ante la igualdad de un partido en el que cada detalle iba a ser importante (27-30; min. 16). El equipo se dio cuenta de la sangría dentro de la zona, mejorando sustancialmente sus prestaciones en esta faceta a partir de este momento. Aún así, no fue suficiente para frenar al conjunto dirigido por Diego Ocampo, que con Cabezas y Neto en pista encontró la fórmula para salvar la presión e intensidad de los valencianos (35-35; min. 20).

Algo que quedaría confirmado tras un descanso el que el UCAM Murcia se vio obligado a igualar la intensidad y agresividad de los taronja para mantenerse en partido (40-40; min. 23). Fue ahí donde la mayor rotación de los locales, liderados por Dubljevic y nuevamente Pau Ribas, comenzó a romper el partido (58-43; min. 29). El Valencia Basket estaba ganando a los puntos, por desgaste, consciente de cuales eran sus armas y de cómo debía aprovecharlas. Algo en lo que tuvo mucho que ver la recuperación para la causa en un tiempo récord de todos los jugadores disponibles. Desde Rafa Martínez a Pablo Aguilar, pasando por Nedovic o las mejores versiones de referentes como Ribas, Sato o Dubljevic.

Todos aportaron, todos cumplieron con su rol sacrificándose por el bien común, el equipo. Al final eso es lo que cuenta y lo que se echaba de menos en los últimos tiempos. El colectivo se impuso a las individualidades en ambos lados de la pista, lo que desembocó en un último cuarto dominado completamente por el equipo de Carles Duran (69-50; min. 34). Con el encuentro ya solventado, los últimos minutos tan solo sirvieron para certificar un triunfo y, sobre todo, una imagen que apunta muy buenas maneras de cara al futuro. Por el momento, el compromiso y la ambición se ha demostrado que son máximos, y eso ya es mucho decir cuando hace apenas tres días el equipo tocaba fondo en la Eurocup ante el CSU Asesoft Ploiesti. Ahora, después del derroche de esfuerzo y energía ante el UCAM Murcia, las cosas se ven de diferente manera. Sobre todo también porque el equipo también empieza a saber a qué juega sobre la pista.