Desde que se sentó por primera vez al frente del equipo el pasado 24 de enero Carles Duran tuvo muy claro cual iba a ser su principal hándicap esta temporada. Y es que en aquel estreno contra el UCAM Murcia, saldado con triunfo por 81-63, se encontró con que ya no pudo disponer de Serhiy Lishchuk y Vladimir Lucic. Dos bajas por lesión que, desgraciadamente, iban a convertirse en dinámica habitual en los siguientes dieciséis encuentros bajo su mando y que han tenido mucho que ver en algunos de los malos resultados cosechados.

No es de extrañar, por tanto, que aunque el objetivo del preparador catalán pase por llevar al Valencia Basket a lo más alto, su principal anhelo para conseguirlo sea poder disponer de toda su plantilla. Y ya no sólo para los partidos, sino también para entrenar cada día y poder mejorar así el juego.

«Cuando se recuperen todos seremos peligrosos pero no somos capaces de estar todos. Nos quedan ocho partidos, necesitamos jugar en casa, entrenar, tener a nuestra gente, ahora la pelota está en nuestro tejado», declaró Duran tras la última derrota en Vitoria. Un encuentro en el que, al margen de no poder contar con una pieza clave como Van Rossom, perdió también a los 45 segundos a Pablo Aguilar.

El ala-pívot andaluz sufrió un esguince de tobillo y estará de baja, como mínimo, para el choque de este sábado ante el MoraBanc Andorra. Ausencia que seguirá aumentando el número de encuentros sin poder contar con la plantilla al completo. De momento, y sólo desde que Carles Duran se hizo cargo del cuadro taronja, éste acumula un total de 29 bajas en 17 partidos. Entre ellas destacan las catorce ausencias en este tiempo de Serhiy Lishchuk -lesión heredada de la época de Velimir Perasovic-, o las ocho de Sam Van Rossom, que suman 22 de esas 29 bajas.

Además las actuales lesiones están provocadas mayoritariamente por lances del juego en los que la fortuna ha ido en contra de los valencianos -esguinces, golpes o malas caídas-. Pero la cosa podría haber sido aún peor si hombres como Dubljevic, que ha jugado lesionado de su tobillo izquierdo los últimos encuentros, o Loncar, que lo ha hecho con una férula en un dedo de la mano derecha, hubieran causado también baja por alguno de estos incidentes. No lo hicieron, pero tampoco han podido rendir al máximo de sus posibilidades.

«Al igual que el año pasado estamos teniendo muchos problemas con las lesiones. Algunos jugadores han vuelto, nos han ayudado tres o cuatro partidos y luego se han vuelto a lesionar. Es muy difícil tener continuidad con ese ritmo de ir perdiendo jugadores importantes», subrayó Vladimir Lucic. Y es que la realidad es la que es.