El gigante ucraniano Serhiy Lishchuk se ha despedido este martes del Valencia Basket... y lo ha hecho entre lágrimas. El pívot, siempre querido por los aficionados y muy arraigado al club y la ciudad, no ha podido evitar emocionarse ante los medios de comunicación durante la rueda de prensa. Medio centenar de aficionados taronja no quisieron dejar pasar la oportunidad de despedir al jugador.

"Esta es mi casa, puede que vaya a otro sitio o que haya sido último año, no sé nada pero dejo aquí una parte grande de mi corazón", aseguró el ucraniano en un acto en el que en varios momentos tuvo que detener su discurso al no poder contener el llanto.

Lishchuk apuntó que dentro de unos días decidirá si sigue en activo o se retira. "No tengo ni idea, quiero ir a casa, descansar y hablar con mi agente. A principios de julio se verá", avanzó.

Recibido y despedido entre aplausos en la sala de prensa del pabellón de la Fuente de San Luis, Lishchuk confesó que "es un momento muy complicado". "Han sido seis años increíbles, no puedo decir cómo me siento".

Pero el ucraniano también se mostró satisfecho por poner fin a esta etapa tras haber superado una nueva lesión muscular y haber rendido a buen nivel en los últimos meses.

"Estoy feliz, estoy contento. Ha llegado el momento en que hemos dicho que había que parar y es bueno dejarlo en un momento en el que estás a tope. No quiero que digan que me quedo y no estoy a tope. Es un muy buen momento para salir", afirmó.

"Ganamos trofeos, tuvimos partidos grandes, también tuvimos partidos malos pero solo voy a recordar los momentos buenos para el club, para mí, para mi familia y para el club. He sido muy feliz y espero que vosotros también", aseguró.

"Quiero dar las gracias a todos, a todos los que trabajan en el club, son una gran familia, me han ayudado mucho, mi vida con ellos aquí fue muy fácil porque quisieron ayudarme desde el primer año", recordó.

El club proyectó un vídeo con algunos de sus mejores momentos en el club y puso una camiseta para que los aficionados que acudieron a despedir al ucraniano se la dedicaran y que luego le regaló.

Paco Raga, consejero delegado del club, aseguró que este acto se convocó para "despedir a uno de los nuestros" y subrayó que Lishchuk "simboliza los valores del Valencia Basket y personifica la 'cultura del esfuerzo'" que guía la actividad del club.

"Gracias por tu entrega y por ofrecer todo en busca de la victoria. Nos has dado los mejores años de tu vida deportiva y te llevas como recompensa el cariño eterno de esta afición. Quedará para siempre tu gran corazón dentro y fuera de la pista. Eres un ejemplo a seguir por todos", subrayó.

Raga admitió que les resultará "extraño" verle con otros colores. "Pero estamos seguros que allá donde vayas tu corazón será 'taronja'".

Vicente Solá, presidente del club, reconoció que cuando llegó a la entidad en septiembre de 2009 "nunca" podían "pensar que un jugador pudiera calar tanto" en la afición.

"Gracias por tu entrega, trabajo y profesionalidad. Has querido a este pueblo y este pueblo te quiere. Te deseamos la mejor de las suertes y que sepas que aquí siempre vas a tener su casa para ti y para toda tu familia. Nos dejas una huella imborrable", destacó Solá.

En la primera fila de la sala de prensa le acompañaron compañeros como Guillem Vives, Pau Ribas y Rafa Martínez y también varios miembros del cuerpo técnico. En el fondo de la sala, presenciaron el acto unos setenta seguidores y otros trabajadores del club junto al director deportivo Chechu Mulero.