Pese a que de momento nadie se ha dirigido de forma oficial al Valencia Basket, en la entidad taronja no las tienen todas consigo respecto al futuro profesional de Sam Van Rossom. El base belga es, desde el pasado verano, un jugador cuyo nombre tienen en un lugar preferente de sus agendas varios de los equipos europeos más importantes. Dato que, por un lado constata la calidad y talento del jugador, pero que por otro, y al igual que sucedió hace exactamente un año con el CSKA Moscú, genera cierta preocupación e incluso intranquilidad dentro del club..

Precisamente fue tras aquella operación fallida del conjunto ruso cuando rápidamente el Valencia Basket decidió tomar cartas en el asunto con el objetivo de evitar futuros quebraderos de cabeza con el belga. La consecuencia directa fue una ampliación de contrato hasta el año 2017 y una sustancial mejora de su ficha rubricada el pasado mes de octubre. Desde ese punto de vista, por tanto, los deberes están hechos ya que en el caso de una hipotética salida del jugador este verano o el próximo, el equipo valenciano se aseguraría como mínimo el pago integro de su cláusula de rescisión —alrededor de 700.000 euros—.

Y es que el Valencia Basket no tiene ninguna intención de negociar con nadie que pregunte por Van Rossom. Los taronja siempre van a remitir a su cláusula, y ahí es donde cualquiera, incluidos los clubes con mayor potencial económico como los rusos o turcos, ya tienen que pensárselo dos veces a la hora de abordar la operación. Y más teniendo en cuenta que esta, a nivel estadístico, tampoco ha sido la mejor temporada para Van Rossom, que se ha perdido por lesión 22 de los 53 partidos oficiales disputados por el equipo.

«Para mí ha sido una temporada muy difícil, es la primera vez desde que llegué a España que me lesiono tanto. Estuve cuatro años sin lesionarme y en este último año me he comido casi todo. Espero volver a estar sano otros cuatro años, pero es verdad que ha sido un año duro para mí, aunque he aprendido bastantes cosas de ese tiempo de lesión», destacaba el belga hace apenas unas semanas al hacer balance de la campaña. Dato que contrasta enormemente con su primera temporada como taronja, en la que fue titular indiscutible en el puesto de base sin faltar en ninguno de los 68 partidos oficiales que el equipo valenciano disputó en ese curso. Varios son los factores, por tanto, que hacen difícil su salida en las próximas semanas… aunque ni mucho menos es imposible.

Y es que será el mercado, y los movimientos que vayan sucediéndose en este tiempo, el que al final aumentará o restará definitivamente las opciones de salida a Sam Van Rossom. Más allá de eso, si algo ha dejado claro el director de juego taronja es que se siente muy feliz en Valencia y que no va a tener ningún problema en cumplir su contrato con los de La Fonteta. Eso sí, si se presenta una gran oportunidad… adiós.