No hubo milagro. Pese a que el Valencia Basket cumplió con su misión y superó con relativa comodidad al líder del grupo I, el EWE Baskets Oldenburg, se quedó fuera de la Eurocup debido a la derrota del PAOK Salónica en el Beaublanc de Limoges. Fue la consecuencia directa a las tres derrotas consecutivas cosechadas por los taronja en el torneo continental (la última ante elPaok en Grecia) y que, además, le hicieron perder el basket average con el Limoges tras caer en ambos partidos contra ellos. Por eso, y a pesar de sumar las mismas victorias que el equipo de Dusko Vujosevic en la clasificación, el Valencia Basket se ve obligado a decir adiós a la competición en el Last 32.

Un 'palo' muy duro para la entidad valenciana , que nunca antes había caído antes de cuartos de final en el segundo torneo europeo y en el que tenía depositadas muchas esperanzas. Sin embargo, ahora no queda otra que levantarse rápidamente porque el domingo hay un partido muy complicado en Badalona ante el Joventut en la Liga Endesa y, acto seguido, llega la Copa del Rey donde los de La Fonteta también sueñan con hacer algo grande en A Coruña pese a la difícil camino hacia la final, con debut ante el Herbalife Gran Canaria, unas semifinales probablemente ante el Barcelona y una final hipotética contra el Real Madrid.

Buenas sensaciones las mostradas por el Valencia Basket desde el inicio, sobre todo en el terreno ofensivo. Estaba claro que era un partido extraño para los dos equipos, y eso se reflejó en una menor tensión de la habitual en ambas defensas. Aún así, no le gustó nada a Mladen Drijencic a puesta en escena de sus hombres, y cuando no habían pasado ni tres minutos de partido ya había solicitado su primer tiempo muerto (6-2; min. 3). El EWE Baskets Oldenburg, ya clasificado para octavos de final, se jugaba mejorar su ranking de cara a los cruces posteriores. Algo que podía ser importante más adelante y que el técnico visitante quiso recordar a sus hombres.

El conjunto alemán regresó con otro espíriru a la pista, y eso se tradujo en un constante intercambio de canastas hasta la conclusión del cuarto (23-20; min. 10). El Valencia Basket dominaba el ritmo del partido, pero eso no terminaba de traducirse en el electrónico. En parte, también es cierto, porque al equipo de Pedro Martínez no le interesaba lo más mínimo romper el equilibrio antes de tiempo. El PAOK, como es lógico, estaba pendiente de lo que pasaba en La Fonteta y convenía hacerle creer que tenía opciones de clasificación hasta el último momento.

Es por ello que los taronja tampoco apretaron demasiado en los minutos posteriores. La afición, muy atenta también de lo que sucedía en el Beaublanc, captó el mensaje al instante y no dejó de animar a los suyos en todo momento. Era su veredicto a la gran temporada que está realizando el equipo pese a saber que iba a ser muy complicado pasar de ronda. Casi sin forzar, y sólo con dominando el rebote y con buenos porcentajes en ataque, los locales alcanzaron el descanso por delante en el marcador (45-40; min. 20).

Algo que cambió sustancialmente tras el paso por los vestuarios. Y es que cuando el Valencia Basket apretó ligeramente el acelerador se puso diez puntos arriba con suma facilidad y la sensación de que podía romper el choque cuando quisiese (52-42; min. 24). El partido, ahora sí, daba la impresión de estar totalmente controlado gracias a la productividad de un Justin Hamilton muy acertado en estos minutos. El cuadro germano intentó seguir en la pelea aunque sin la convicción y los argumentos necesarios para poner en aprietos a los locales.

A partir de ahí ya no hubo demasiada historia, sobre todo después de que el Valencia Basket cerrara el cuarto ya 17 puntos arriba (66-49; min. 30). El choque se convirtió en un monólogo del equipo taronja, sólo interrumpido por algún destello de calidad del Oldenburg y una lamentable actuación arbitral que encendió los ánimos de La Fonteta y de jugadores como San Emeterio,sancionado finalmente con una esperpéntica técnica. Algo que también molestó y mucho a Pedro Martínez, más allá de que por entonces el choque estuviera ya finiquitado (73-58; min. 36).

Fue la anécdota de, probablemente, la victoria más triste del Valencia Basket en las últimas temporadas. Un equipo que, pese a presentar un balance de 13 victorias y sólo 3 derrotas en la Eurocup, ha quedado eliminado del torneo. Lo mejor, sin duda, los aplausos con los que la afición despidió al equipo pese a la decepción continental. De diez.