Casi trece años han pasado desde que Víctor Luengo y Nacho Rodilla disputaran su último partido oficial juntos con la misma camiseta, la del entonces Pamesa Valencia. Fue el tercer partido de la final de la Liga ACB en la que los taronja cayeron en La Fonteta ante el FC Barcelona por 74-82 y se despidieron de todas sus opciones al título. Nunca los valencianos han llegado tan lejos en la competición doméstica ni se han quedado tan cerca de un éxito semejante.

Sin embargo, pocos podían imaginar en ese momento que aquella sería la última ocasión en la que los dos únicos jugadores que tienen retirada su camiseta en lo más alto de La Fonteta volverían a compartir vestuario -más allá de las pachangas años después con el equipo de veteranos- tras casi diez temporadas juntos. La salida del edetano a Lleida aquel verano separó sus caminos en la pista? hasta ahora.

Y es que sus primogénitos, Pablo Luengo y Marc Rodilla, parecen empeñados en seguir sus pasos. A punto de cumplir 12 años el primero juega en el Valencia Basket y el segundo en el EB Llíria, donde son piezas clave de sus equipos. Tanto es así que los técnicos de la Federación de Baloncesto de la Comunitat Valenciana no han dudado en seleccionarles para defender los colores de la selección valenciana alevín en el próximo Campeonato de España de Minibasket que se celebrará del 19 al 23 de marzo en San Fernando (Cádiz).

«Nosotros tuvimos una rivalidad antes que una amistad. La historia se repite lo que pasa es que ellos han empezado más pronto. Tampoco coincidimos en ninguna selección como ahora ellos, que ya son amigos porque se conocen desde pequeños» explica Víctor Luengo. «Si estas cosas las analizas y las piensas la verdad es que es algo que nos ilusiona tanto a nosotros como padres como a cualquier persona seguidora del baloncesto. Que vuelvan a coincidir Luengo y Rodilla, en este caso en una selección alevin, es cuanto menos curioso», destaca Nacho, que además de padre de Marc es su entrenador en el Llíria.

«Me toca ahí la doble vara de medir porque en un momento dado puedes ser más exigente en pista y al mismo tiempo he de gestionarlo todo como padre. La verdad es que estoy acostumbrado, llevo varios años con este grupo y me siento orgulloso de ver que los niños van creciendo y haciendo más cosas en la pista», explica el edetano.

Tanto Pablo como Marc ya han participado en dos concentraciones con la selección, en la que incluso han disputado varios partidos de preparación. «Hemos trabajado mucho, nos hemos esforzado y al final hemos logrado coincidir en esta selección valenciana», subraya Pablo.

Una selección que este fin de semana vivirá uno de sus platos fuertes con un torneo ante Aragón y Cataluña que se disputará en Burriana. Ese será el test más importante de cara a un Nacional en el que, como señala Marc, «iremos a luchar y a pasarlo bien». Y es que en definitiva, en estas edades, de lo que se trata es sobre todo de esto último. «El basket lo llevan en las venas pero lo importante es que disfruten.Además, es un orgullo verles juntos en la pista y con los amigos que hacen tanto en sus equipos como en la selección»

, destaca Víctor Luengo, que pese a ello matiza que «los dos tienen mucho recorrido por delante para trabajar y para mejorar. Es pronto para decidir nada pero la verdad es que sí que son dos jugadores con talento».

Con talento y unas ganas enormes de aprender de sus progenitories «para no bajar el nivel», dice Pablo. Algo en lo que coincide con Marc, para el que tener un padre así seguro le ayuda a «ser mejor jugador de baloncesto».