La postura firme del Valencia Basket en el caso de Guillem Vives ha llevado al FC Barcelona ha replantearse el fichaje del base debido a su alto coste. La clave está en la cláusula de rescisión, cercana a los 1,5 millones de euros y que los taronja han exigido que sea abonada en su totalidad pero no en concepto de traspaso como suele hacerse habitualmente en el mercado, sino en la modalidad de cláusula.

Este movimiento, inesperado en el club blaugrana pese al tono poco amistoso de las conversaciones entre ambos clubes en este asunto, dispara considerablemente el coste del fichaje para el equipo catalán. Y es que al no tratarse de una operación de trafico mercantil no está sujeta a IVA, aunque el deportista afectado sí debe pagar el IRPF —tramo impositivo de entre el 40 y el 52%—. Algo que elevaría el coste de la operación a algo más de 2,2 millones de euros.

Por contra, el traspaso es una operación en la que se transfieren los derechos federativos de un jugador de un club a otro y aquí, al tratarse de un procedimiento de tráfico mercantil, está sujeto a un IVA de ‘sólo’ el 21%. De esta forma, el Barça se ahorraría casi medio millón de euros —1,8 millones de coste—pese a que el Valencia Basket seguiría recibiendo la misma cantidad de 1,5 millones. Ese es el desembolso con el que el Barça contaba y que estaba dispuesto a afrontar antes de encontrarse con la negativa de los de La Fonteta a facilitar el traspaso.

Algo que no es nuevo y de lo que ha ido informando SUPER en los últimos días pues, desde el primer momento, el Valencia Basket dejó claro que no quería dinero por Guillem Vives, que lo que quería era al jugador. Esto llevó incluso a efectuar una llamada telefónica desde las altas instancias del club para advertir al Barcelona del malestar existente en la entidad taronja por este movimiento. Un movimiento que, tras sopesar todos los condicionantes, cada vez tiene menos posibilidades de producirse.