Will Thomas fue determinante en la victoria del pasado sábado ante el RETAbet Bilbao Basket. El ala-pívot norteamericano, que hasta ahora sólo había destacado en el encuentro de la Eurocup ante el Lokomotiv Kuban, firmó ante los de Carles Duran su mejor partido con la elástica taronja. Si en Krasnodar se fue hasta los 15 puntos, 10 rebotes y 20 de valoración, en este último encuentro repitió con 15 puntos pero aumentó su aportación con 14 rebotes y 23 de valoración.

«No voy a anotar 20 puntos cada noche ni coger 20 rebotes», aseguró a SUPER en una demostración de sinceridad. Pero tampoco es eso lo que se le pide. «Se trata de poner energía en el juego y jugar duro», insistió. Y tal vez es eso lo que le esté faltando, al menos de una forma más regular. Cuando juega físico marca diferencias, como reconoció su propio técnico Pedro Martínez, que destacó que «esto es lo que buscábamos con su contratación». Sin embargo, su adaptación en estos primeros meses ha sido más difícil de lo esperado pese a conocer perfectamente la ACB después de dos campañas en el Unicaja.

«Fue difícil al principio. Pero llevo jugando mucho tiempo a esto y sé cómo hacer ajustes. Solo tenía que trabajar duro para familiarizarme con el sistema. A partir de ahora veremos lo que pasa», reconoció el de Baltimore, que espera poder ofrecer un poco más al equipo a partir de ahora.

El pasado sábado recibió la primera gran ovación de La Fonteta en un choque condicionado por los problemas físicos de la plantilla y en el que había mucho en juego. «Fue una buena victoria para nosotros. Jugamos muy bien durante todo el partido, salvo quizá en los últimos minutos que nos relajamos un poco. Salimos preparados, trabajamos duro en defensa, metimos algunos tiros desde fuera y nos llevamos la victoria», indicó. Un partido en el que, además, logró 14 rebotes. Algo que no conseguía ningún jugador taronja desde que Nik Caner-Medley lo hiciera en la jornada 19 de la temporada 2011/12.

Poco expresivo en la pista, y también fuera de ella, resulta prácticamente imposible sacarle una palabra de más o incluso una sonrisa. Es parte de su carácter, de su forma de ser, pero ello no es obstáculo para que se sienta muy a gusto en Valencia desde que llegó. «Estoy feliz en Valencia. Me encanta la ciudad. Voy por el centro al menos tres o cuatro veces a la semana, y todo lo demás es genial. El club, el equipo y los compañeros», comentó Thomas, muy agradecido también por el reconocimiento de los aficionados ante el Bilbao. «Está muy bien tener el apoyo de los fans. Jugamos duro para ellos», concluyó.