Llegó el momento de la verdad para el Valencia Basket en la presente edición de la Copa del Rey. El primero realmente importante de la temporada y para el que el equipo lleva muchos meses preparándose. Muchas son las ilusiones depositadas en esta competición cuyo escenario, de nuevo, es el Fernando Buesa Arena de Vitoria. Una cancha por la que el tren del éxito ha pasado en varias ocasiones para el Valencia Basket, aunque no siempre con un final feliz, sobre todo en el torneo del KO.

Y es que hasta en dos ocasiones el Valencia Basket alcanzó en la capital alavesa la final de la Copa del Rey, y en ambas cayó derrotado. La primera en el año 2000 y con el Estudiantes como rival. Los colegiales, contrapronóstico, superaron al equipo de Miki Vukovic y, sin saberlo, acabaron desencadenando una crisis que acabaría provocando la salida del técnico serbio.

La segunda en 2013 ante un FC Barcelona muy superior. En ninguna de esas ocasiones hubo suerte, pero la suerte hay que buscarla y en ello esta de nuevo el equipo valenciano. Vitoria les debe una Copa y quieren que sea en este 2017. Además, los taronja también saben lo que es ganar finales en este escenario. Lo hicieron en 2010, aunque en esta ocasión fue para llevarse el título de la Eurocup tras una gran Final Four.

Pero hasta llegar ahí el camino no va a ser nada sencillo. Empezando por el encuentro de esta tarde ante el Herbalife Gran Canaria. Un rival incómodo, de nivel y que, al igual que el año pasado, acude al torneo de víctima y concediendo todo el favoritismo a los valencianos. «La realidad es que el lunes no entrenaron cuatro jugadores por lo que todos no llegarán sanos al partido», insistió su técnico, Luis Casimiro, Luis Casimiro que ante la interpretación de sus declaraciones del martes en las que señaló que le apenaba « no entrar en una corriente de ilusión, ambición y optimismo debido al estado de salud del equipo», matizó que «nunca» va «de farol», ni se han puesto «la piel de cordero».

La sensación en Valencia, sin embargo, es precisamente esa tras aprender la lección del año pasado. Entonces, en A Coruña, el cuadro insular se impuso por 83-78 en esta misma ronda después también de que su entonces técnico, Aíto García Reneses, jugará estas mismas bazas fuera de la pista. Y es que aunque, según Casimiro, «viajaremos con las dudas de Hollins, McCalebb, Xavi Rabaseda, que está cojo y casi descartado ante Valencia, y Hendrix», Pedro Martínez está convencido de que todos estarán hoy en la cancha para ponerle las cosas muy difíciles al Valencia Basket.

Un equipo que llega a Vitoria en un gran momento y con el ´fichaje´ de jugadores como Luke Sikma o Sam Van Rossom, ahora a su mejor nivel después de un complicado arranque de temporada. Su impulso, unido al de un grupo que basa su fuerza en el colectivo, será fundamental en un torneo de apenas tres días y en el que la aportación de cada jugador supondrá la diferencia entre el éxito o volverse a casa.

Precedentes a favor

Los enfrentamientos recientes entre ambos clubes favorecen claramente al Valencia Basket, que se ha impuesto en once de los doce partidos disputados en Liga en las seis últimas temporadas.