Difícil va a ser para el Valencia Basket recuperarse anímicamente de lo sucedido el miércoles en La FontetaValencia Basket La Fonteta y superar el duelo en el que ahora está inmerso. El golpe ha sido muy duro, y no sólo por la derrota, sino por la manera en que se produjo y el escenario. El equipo hizo todo lo que tenía que hace para llevarse este tercer partido de la final y el título... hasta el minuto 31.

En ese momento Will Thomas anotaba una canasta de mérito que colocaba la máxima renta en el electrónico (56-43; min. 31). Trece puntos que, en los margenes en los que se había movido el choque, eran un mundo para el Unicaja. Sin embargo, a partir de este instante todo se torció. Los siete minutos posteriores fueron una auténtica pesadilla en la que los taronja no dieron una a derechas. Y eso que en la siguiente acción, tras un lanzamiento errado por Brooks, el propio Thomas pudo haber relevado aún más la renta. Lo evitó un tapón de Dani Díez, que acto seguido estrenó la remontada con un triple (56-46; min. 32).

Quedaban poco más de ocho minutos por jugarse, y en seis sólo hubo un equipo sobre la cancha. El Unicaja. En ese tiempo el Valencia Basket firmó un 0/11 en tiros de campo y 6 pérdidas -dos por fuera de banda en la pelea por el rebote ofensivo y un campo atrás de Sato también tras un ataque fallado-. Por otra parte, aunque logró capturar seis rebotes ofensivos, fue incapaz de transformar alguna de esas segundas opciones en puntos para su casillero -a la estadística también hay que añadirle otros dos rebotes defensivos de Dubljevic-.

Balada triste en La Fonteta

Balada triste en La Fonteta

Por otra parte, con Omic expulsado desde el tercer cuarto y Carlos Suárez jugando de ´cinco´, el equipo no supo encontrar en la pintura a su gran referente, Bojan DubljevicBojan Dubljevic. En lugar de eso se obsesionó con intentar anotar desde el 6,75, aunque sin ningún éxito pese a que gran parte de esos lanzamientos estaban librados. No así otros, los menos, que tampoco entraron. En ese tiempo ocho de los once lanzamientos que se efectuaron fueron triples -tres de Sastre, dos de Vives y uno de Romain Sato, Van Rossom y San Emeterio-. Ninguno logró perforar la red andaluza.

El resultado fue ese 0/11 en tiros de campo y cero puntos anotados en 7 minutos y 28 segundos. Tiempo en el que el cuadro malagueño firmó 18 puntos (56-61; min. 38) liderado por los triples de Dani Díez y Jamar Smith. Mientras el Unicaja iba creciendo y creyendo cada vez más en sus limitadas posibilidades, la presión y los nervios se instalaron en los locales. Fue la ´guinda´ a un cortocircuito integral. La ansiedad se apoderó del equipo taronja y no hubo manera de reaccionar. La suerte tampoco acompañó.

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