Alberto Abalde fue el primer fichaje del Valencia Basket para la temporada 2017/18. Es más, el alero gallego ya estaba fichado desde la pasada campaña y ha pasado un año cedido en el Divina Seguros Joventut, su club de origen, para continuar con su progresión antes de incorporarse definitivamente a la plantilla taronja. Un curso que le ha servido a Abalde para madurar lo suficiente para estar preparado y formar parte de un equipo que jugará Euroliga y que defenderá el título de campeón de Liga EndesaLiga Endesa.

A simple vista, podría pensarse que el joven alero todavía no está, a sus 21 años, preparado para dar el salto a todo un Valencia Basket. Sin embargo, echando un vistazo a su temporada en Badalona, existen muchos motivos para argumentar lo contrario. De hecho, Alberto Abalde ha llegado a València para quedarse. No contempla una nueva cesión y en el club están también convencidos de su capacidad para integrarse en el grupo campeón de Liga, que mantendrá su bloque de cara a la próxima temporada. Y es que, si algo ha hecho Abalde esta campaña, ha sido crecer.

Con galones de líder desde el primer día en el Divina Seguros Joventut, Abalde ha completado una temporada claramente de menos a más. Al principio, como él mismo reconocía, le costó asumir su nuevo rol y le pudo un poco la presión de ser el referente ofensivo del equipo. Pero, poco a poco, fue ganando en confianza y sintiéndose más capaz de marcar diferencias en los partidos. La prueba está en el partidazo que se marcó a finales de marzo en Sevilla ante el Betis, en el que batió su récord de anotación con 20 puntos y de valoración con 25, en un choque en el que además sumó cinco rebotes y cuatro asistencias.

El irregular inicio de temporada le penalizó en sus estadísticas finales, pero aún así la progresión fue evidente. Con respecto a la temporada anterior, Abalde subió de 17,5 a 23,9 los minutos jugados por partido, siendo además protagonista siempre que estaba en cancha. Sus puntos por partido subieron de 7 a 10,1, así como los rebotes (de 2,3 a 3,5) y las asistencias (de 0,9 a 1,8). Todo ello hizo que su valoración media también subiera, de 6 puntos en la 2015/16 a 9,7 en la 2016/17.

En cuanto a sus porcentajes de tiro, experimentó una evolución curiosa. Se trata de un jugador con rango de tiro para abrir el campo sin problemas, pero su peor faceta esta temporada ha sido el lanzamiento de tres puntos. Tras acreditar un notable 42 por ciento de acierto en la campaña 2015/16, este curso ese número ha bajado hasta el 31%, con 27 triples anotados de 87 intentados. Un descenso evidente, lastrado por ese mal inicio de temporada -fue mejorando hacia el final de curso-, que le obligará a trabajar durante el verano en mejorar la fiabilidad en un apartado tan importante en el baloncesto moderno como es el lanzamiento exterior.

Prueba de su inteligencia como jugador, pese a su juventud, fue el hecho de que, ante unos malos porcentajes en triples, Abalde se dedicó durante el año a penetrar mucho más y mejor. En tiros de dos, su porcentaje de acierto creció de un 42% a un 53%, con 97 aciertos de 183 intentos, desarrollando una capacidad de finalización cerca del aro más que notable. Su rápido primer paso y su envergadura le hacen ser una gran amenaza entrando a canasta, por lo que mejorando un poco el acierto exterior puede convertirse en un jugador verdaderamente completo. Su otro bajón de rendimiento estuvo en el tiro libre, ya que pasó de un 86% a un 69%, un porcentaje demasiado bajo para un jugador exterior. También tendrá que trabajar en ello.

Todo esto le hizo ser reconocido por la ACB como el mejor alero joven de la Liga EndesaACBmejor alero joven de la Liga Endesa y a plantarse en el Draft de la NBA como el jugador español al que más opciones daban los expertos de ser elegido. Finalmente, no fue seleccionado, una preocupación menos para el Valencia Basket. De momento, su competencia son San Emeterio y, en menor medida, Doornekamp y Sastre que también pueden jugar de aleros. No lo tendrá fácil, pero seguro que luchará por hacerse un hueco.