El Valencia Basket regresa de Moscú con una nueva derrota en la Euroliga por un abultado 94-67 tras un pésimo tercer cuarto que le dejó sin opciones en el tramo final. Salvo en el arranque, tampoco supo jugar sus opciones el cuadro taronja en el encuentro. Las pérdidas y los malos porcentajes dejaron en bandeja la victoria a un CSKA que, de la mano de Nando de Colo, castigó cada error de su rival. Lo peor, sin embargo, fue la poca capacidad de reacción de los valencianos cuando las cosas comenzaron a complicarse.

Empezó de manera impecable el Valencia Basket en el partido. La puesta en escena, tanto en defensa como en ataque, fue casi perfecta. Todo lo contrario que el CSKA, que arrancó muy frio y al que le costó mucho coger su ritmo de juego. En parte porque en los primeros compases el dominio fue total del equipo taronja, que en apenas cinco minutos mandaba once puntos arriba liderado por Green y Pleiss (6-17; min. 5).

Las sensaciones sobre la pista eran extraordinarias, y Dimitris Iotudis se vio obligado a parar el encuentro. Una medida que resultaría fatal para los de La Fonteta, sobre todo tras la entrada de Nando De Colo. El francés asumió toda la responsabilidad del juego ofensivo de su equipo, que elevó también el listón debajo de su aro. Los papeles se intercambiaron.

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CSKA - Valencia Basket, en imágenes

Era ahora el Valencia Basket el que se atascaba, abusaba del triple sin acierto y no era capaz de encontrarel camino al aro ruso. Si en los primeros cinco minutos el equipo de Txus Vidorerta había anotado 17 puntos, en los siguientes cinco sólo fue capaz de anotar 2. El resultado fue un parcial de 14-2 que permitió al CSKA dar la vuelta a la situación al final del primer cuarto (20-19; min. 10).

Pleiss rompió la sequía e el segundo acto, dominando la pintura y dando un poco de aire al juego ofensivo taronja. Pero las pérdidas empezaron entonces a ser un auténtico quebradero de cabeza, permitiendo correr y anotar con facilidad al cuadro moscovit a(31-27; min. 15). De Colo era un auténtica pesadilla, a lo que había que sumar el ‘extraño ‘ criterio arbitral para sancionar con falta a los valencianos al más mínimo roce sobre la pista. Algo que no sucedía en la otra parte del campo y que provocó que hombre como Guillem Vives se fueran al banquillo completamente desesperados. Con todo,y gracias también al buen trabajo en el rebote, el Valencia Basket aguantó el tipo hasta el descanso para dejar todo abierto de cara a la segunda mitad (43-38; min. 20).

Sin embargo, tras el paso por los vestuarios llegó el desastre más absoluto. Si algo estaba haciendo bien el equipo taronja era controlar el rebote, y eso se fue también al traste en estos minutos. Algo que hizo mucho daño al Valencia Basket, que se quedó sin armas para competir ante el CSKA. De hecho, el cuadro ruso abrió una renta definitiva en el electrónico en un tiempo récord. Los nervios aparecieron, los errores se multiplicaron y el equipo empezó poco a poco a desesperarse. Para colmo los porcentajes tampoco ayudaban, y eso llevó a los de La Fonteta a marcharse completamente del encuentro. Es más, a bajar incluso los brazos ante un rival muy superior y al que prácticamente le salía todo sobre la pista (73-52; min. 29).

Lesión de Sam Van Rossom

De ahí al final el partido entró en una fase de intercambio de canastas que sirvió de muy poco para el Valencia Basket. Es más, ojala hubiera terminado ahí ya que en una jugada fortuita Sam Van Rossom sufrió un esguince en su tobillo derecho. Fue al intentar salvar un bloqueo y después de pisar a su compañero Will Thomas. El base belga se marchó a los vestuarios sin poder apoyar el pie y este viernes será sometido a pruebas en Valencia.