Mejoró notablemente la imagen del Valencia Basket en el Palau Blaugrana en un duelo ante el FC Barcelona que, analizados los cuarenta minutos, pudo haber caído de cualquiera de los dos lados. El alto número de pérdidas en momentos clave, sin embargo, fue un lastre demasiado pesado para los taronja dentro de un choque que se acabó decidiendo en el tramo final por pequeños detalles. No hubo premio para el buen trabajo realizado, aunque sí síntomas de recuperación dentro de un grupo capacitado para mucho más de lo visto en los últimos encuentros.

Arrancaron ambos equipos muy erráticos de cara al aro. Tanto, que pasaron dos minutos hasta que Tibor Pleiss anotó la primera canasta del choque (0-2; min. 2). Lejos de la imagen ofrecida el pasado viernes, el Valencia Basket se mostró muy sólido en defensa en estos primeros compases, circunstancia que también tuvo su reflejo en el electrónico (5-11; min. 7). El parcial de 0-7 liderado por Pleiss obligó a Sito Alonso a solicitar su primer tiempo muerto en busca de soluciones. Y las encontró, sobre todo en defensa (15-18; min. 11).

El conjunto taronja, que hasta entonces se había mostrado muy solvente en ambas partes de la pista, dejó de anotar con fluidez. Con Tomic como gran referente en la pintura y Sanders en el perímetro, el Barça lo aprovechó para darle la vuelta a la situación. Fue entonces cuando el Valencia Basket se cortocircuitó en ataque, encadenando un error tras otro y acumulando varias pérdidas consecutivas.

Esa inercia fue minando poco a poco la moral del equipo, que por momentos perdió la seriedad defensiva con la que había logrado secar a su rival en el primer cuarto. El momento era crítico tras un parcial de 20-6 que no dejaba lugar a la duda (35-24; min. 19). Un triple de Van Rossom y dos tiros libres de San Emeterio permitieron reducir ligeramente las rentas antes de alcanzar el descanso con una canasta de Seraphin (37-29; min. 20).

Fue el pívot francés, precisamente, el que recogió el testigo de Tomic tras el paso por los vestuarios para seguir martilleando a los valencianos en la pintura. Con Dubljevic a medio gas por sus molestias en el pecho, Pleiss debía ir con mucho cuidado a la hora de defender y hacer faltas. Sito Alonso lo sabía y cargaba el juego por dentro de la zona aunque sin terminar de romper el partido. Estaba claro que era necesario mejorar y, sobre todo, ser más regular en el partido. Y el Valencia Basket lo hizo.

No se descompuso, apretó en defensa y, en cuanto tuvo la oportunidad se metió de nuevo en partido gracias a un parcial de 0-8 (41-39; min. 23). El equipo de Txus Vidorreta llamaba a la puerta de la remontada, pero esta no terminó de llegar debido a las ´malditas´ pérdidas de balón. El trabajo había sido más que bueno, pero ese handicap cada vez más preocupante dio al traste con cualquier opción de llegar al último cuarto por delante en el luminoso (58-52; min. 30).

Pese a ello, la cara del Valencia Basket era otra. La de un equipo que, aún con errores, carencias y un número desorbitado de pérdidas, quiere ganar y sabe qué es lo que debe hacer para conseguirlo -se llama defensa- (66-64; min. 36). La incertidumbre era máxima y a Sito Alonso no le quedó otra que parar el partido. Y le salió muy bien. Fue ajustar ligeramente su defensa y, no sin fortuna, sellar un parcial de 5-0 que dejó el partido muy cuesta arriba para los de La Fonteta (71-64; min. 38). A partir de ahí, y ya contrarreloj, fue prácticamente imposible dar la vuelta al marcador pese a que los taronja dieron la cara hasta el final.