Tras seis derrotas en las nueve primeras jornadas disputadas de la Euroliga -cinco de ellas de manera consecutiva-, es evidente que el Valencia Basket debe mejorar algunas cosas del juego si quiere pelear por meterse en los puestos de playoffs al final de la fase regular. En un hecho, y no debe tomarse como excusa, que las adversidades se han cebado con los taronja en este inicio de temporada, pero no lo es menos que hay detalles en los que se debe prestar mayor atención.

Uno de ellos, sin lugar a dudas, son los finales de partido. Un aspecto que ha tenido incidencia directa en la mayoría de las derrotas en la máxima competición continental. Y es que de los nueve encuentros disputados, el equipo valenciano sólo ha sido capaz de ganar el último cuarto en dos de ellos. O lo que es lo mismo, sentencia segura en partidos igualados... pero es que incluso también en otros que estaban totalmente bajo control. Armani Milan en La Fonteta y sobre todo el último en Alemania ante el Brose Bamberg son los mejores ejemplos Brose Bamberg.

Falta de gasolina debido a las bajas y problemas físicos del equipo, cansancio acumulado por los continuos viajes debido a un calendario totalmente adverso o incluso una más que cuestionable labor arbitral -Bamberg fue la punta del iceberg- son parte del problema y causa directa de esos resultados. Sin embargo, no aportan soluciones.

Estas pasan por cometer menos pérdidas, estar concentrados en defensa, tomar buenas decisiones en ataque, evitar los ´colapsos´ y, por encima de todo, ser conscientes de que un partido dura 40 minutos. No 35 ni 37 porque eso en Euroliga se paga muy caro. Y el Valencia Basket, desgraciadamente, ya lo ha aprendido a base de golpes.

El cuarto cuarto, se está demostrando, es vital para el resultado final en el máximo torneo europeo. Lo fue en Moscú ante el Khimki, en Estambul ante el Fenerbahçe, en La Fonteta ante el Milan o en Bamberg ante el Brose. Caro, por otra parte, pudo costar el mal último parcial ante el Anadolu Efes (12-23), que quedó en anécdota gracias a la renta de 20 puntos con la que el equipo despidió el tercer acto. También, en este caso de manera positiva y para asegurar el triunfo, fue importante ante el Baskonia en Vitoria. Baskonia

En este sentido, el Valencia Basket tendrá mucho ganado si, a la mejoría del juego que ya se le vio en el último partido de Liga Endesa en el Palau Blaugrana y en el Brose Arena, es capaz de sumarle unos buenos últimos minutos o, cuanto menos, un parcial positivo. Sobre todo de cara al choque de este jueves en la Fuente de San Luis ante el Olympiacos (20:45 horas).

Perder el último cuarto ante un equipo como el griego, colíder de la Euroliga junto al CSKA Moscú es, en un alto porcentaje, sinónimo de derrota. El equipo de Ioannis Sfairopoulos acumula un balance de siete victorias y tan sólo dos derrotas, una ante el Barcelona en el Palau por 73-51 y la otra en casa con el Panathinaikos por 62-70.