Derrota del Valencia Basket en el Martín Carpena de Málaga por 74-67 en un encuentro en el que los valencianos merecieron más. Sobre todo en un último cuarto en el que el criterio arbitral condicionó el desenlace y donde el factor ‘suerte’ también jugó un papel clave. Lo mejor, sin duda, que pese a las seis bajas y tres jugadores ‘tocados’ (Van Rossom, Green y Pleiss)Van Rossom, Green y Pleiss el equipo dio la cara ante un rival de entidad y que tenía su plantilla al completo.

El choque arrancó con un intercambio de golpes entre Rafa Martínez y Ray McCallum (5-6; min. 2), al que pronto intentarían sumarse el resto de sus compañeros. Algo menos en el bando taronja donde el capitán, con 3/4 en triples, fue fundamental a lo largo del primer acto. Y es que el Valencia Basket, en este tramo inicial, volvió a abusar desde el lanzamiento del 6,75. Afortunadamente, y pese a que Txus Vidorreta pidió más equilibrio, le fue saliendo bien mientras los porcentajes fueron buenos (5/9 en el primer cuarto, un 55%).

La igualdad era máxima pero esa efectividad permitió a los de La Fonteta mandar tímidamente en el electrónico (21-23; min. 11). Llegaron entonces los problemas de faltas con la segunda de Abalde y Pleiss, que obligaron a adelantar algunas rotaciones. No salió bien, sober todo en el caso de un despistadísimo Rudez. Llegaron los ‘regalos’ en forma de pérdidas tontas y, tras un parcial de 9-2, el Unicaja daba la sensación de poder abrir brecha en el marcador (30-25; min. 14).

El ataque se había colapsado y a Vidorreta no le quedó otra que parar el partido para buscar soluciones desde el banquillo. Las encontró en ataque, pero el problema ahora estaba atrás pues los locales anotaban ahora con mucha facilidad (38-32; min. 17). Pese a ello, el equipo de Plaza no lograba marcharse y el Valencia Basket se aferró con todo al encuentro. Incluso con la entrada de Josep Puerto, muy nervioso al inicio pero que poco a poco fue sumando para el equipo en los casi seis minutos que estuvo en la cancha en el segundo acto. Tanto, que fue uno de los culpables de que la renta malagueña acabase siendo mínima antes de llegar al descanso (42-41; min. 20).

Tras el paso por los vestuarios el problema llegó en el rebote. La buena defensa de los de La Fonteta quedó en nada ante la imposibilidad de controlar el rebote defensivo, circunstancia que concedió segundas e incluso terceras opciones al Unicaja. Algo que dio alas al equipo de Plaza, sobre todo después de anotar tres triples consecutivos que abrieron, ahora sí, una brecha importante en el luminoso (57-47; min. 26). El Valencia Basket, al que le siguió faltando acierto ofensivo (1/6 en triples en el cuarto), respondió desde la defensa para sellar un parcial de 0-4 (con dos tiros libres fallados) en los siguientes cuatro minutos (57-51; min. 30).

El partido llegaba al último cuarto con todo por decidir. Y más aún cuando, tras dos triples consecutivos de Doornekamp, las tablas regresaron de nuevo al encuentro (57-57; min. 32). El parcial aumentaba ya a 0-10. La diferencia aquí la marcaron los árbitros con un Valencia Basket en bonus desde el minuto 33, y un Unicaja sin faltas en su haber. Por ahí empezó a desequilibrarse la balanza de un partido que todavía siguió en un puño muchos minutos (62-61; min. 35). El otro fue, tal cual, la suerte. Un triple de nueve metros de Nedovic sobre la bocina de posesión, justo después de salirse dos desde dentro de Puerto y Rafa Martínez, puso el choque muy cuesta arriba (68-61; min. 37).

Aún así no se rendirían los de La Fonteta, que a pesar de dos errores desde el tiro libre de Doornekamp que eran clave, llegó a los últimos 35 segundos sólo un punto abajo liderado por un gran Van Rossom (68-67). Pero nuevamente el factor ‘suerte’ se alió con los locales, que desde el tiro libre y tras una antideportiva señalada a Rafa Martínez -tras dos faltas normales anteriores no señaladas-, lograron llevarse un partido en el que el equipo de Vidorreta mereció más.