El Valencia Basket vio truncada su racha de dos victorias consecutivas en la Euroliga tras sufrir un duro varapalo ante el actual campeón continental. El equipo taronja acabó pagando el esfuerzo de tener que remontar un 0-15 inicial pero, cuando lo consiguió, se quedó de nuevo sin gasolina. Fue ahí cuando Txus Vidorreta decidió dar entrada a hombres como Puerto o Hlinason para reservar a los que están más cargados de minutos pensando ya en el choque del sábado ante el Tecnyconta Zaragoza.

Nadie podía imaginar un arranque tan catastrófico para el Valencia Basket. Extrañamente sorprendido por la defensa tan física y agresiva del Fenerbahce, los valencianos firmaron unos primeros minutos para olvidar. Completamente colapsados, erráticos y sin ideas, el equipo taronja tardaría ocho minutos en anotar su primera canasta. Demasiado tiempo cuando enfrente se encuentra el campeón de Europa.

Y es que pese a la buena defensa, el Fenerbahce finalmente acabó castigando las lagunas locales (0-15; min. 7). Txus Vidorreta paró el partido en búsqueda de soluciones. Las encontraría en el relevo de Sergi García por Van Rossom. El base balear, que debutaba con la elástica taronja, dio un nuevo aire al equipo con su descaro y desparpajo sobre la pista. Suyos serían los cinco primeros puntos del equipo para liderar un parcial de 7-0 (7-15; min. 9).

Llovía menos en La Fonteta pese a la valoración negativa en el primer cuarto de hombre importantes como Rafa Martínez, Doornekamp o Thomas (sólo 5 valoró todo el equipo). Es evidente que había que cambiar muchas cosas, sobre todo en ataque para meterse de nuevo en el choque. Y el Valencia Basket lo hizo. Se armó de paciencia para buscar mejores opciones y mover el balón con mayor criterio. Era el primer paso para seguir recortando la renta pues defensivamente el equipo seguía mostrando una muy buena imagen.

Una vez más, los árbitros hicieron de las suyas con una antideportiva a Rudez cuando, poco antes, la misma jugada de Duverioglu sobre Dubljevic fue sancionada sólo con falta normal. La Fonteta no daba crédito y estallaba. Algo que le vino muy bien al equipo pues terminó de meter a la afición en el choque. Liderado por Sergi García el Valencia Basket siguió creciendo en su juego en los minutos siguientes para irse al descanso con mucho por decir todavía (27-33; min. 20).

Y más tras el paso de los vestuarios, cuando un parcial de 11-3 certificó la remontada y puso por primera vez al Valencia Basket por delante en el marcador (38-36; min. 23). Gran parte de culpa la tuvieron Alberto Abalde, Doornekamp y un entregadísimo Bojan Dubljevic, que no termina de encontrar su mejor nivel. Ese implicación es la que terminó de contagiar al resto del equipo y la grada, volcados juntos en busca de la victoria pese al mal inicio (47-39; min. 26).

El cabreo de Obradovic era monumental, que llamó al orden a los suyos ante lo que estaba viendo en la pista. El Fenerbahce subió líneas, aumentó la presión y eso se tradujo en un parcial de 6-24 en los minutos posteriores (53-63; min. 34). El choque, tras un ecuador en el que los locales habían sido superiores, volvió a ponerse muy cuesta arriba. Sobre todo porque el desgaste cada vez era mayor en los valencianos, que habían sucumbido al dominio de Duverioglu en la pintura.

Txus Vidorreta pidió tiempo muerto, consciente también de que el equipo estaba pagando el esfuerzo realizado. No sirvió de nada. El equipo entró en barrena e incluso acabó casi desquiciado por la falta de gasolina. Lo peor, sin embargo, ciertas actitudes como la de Will Thomas con su técnico al ser sustituido a falta de tres minutos (57-70). El técnico vasco se quedó alucinado con su reacción cuando lo único que buscó, en ese tramo final y con todo ya perdido, es dar descanso a los jugadores con más minutos pensando en el choque de este sábado ante el Tecnyconta Zaragoza.