El Valencia Basket se marcha de la Copa del Rey a las primeras de cambio. Jarro de agua fría para el conjunto taronja, no sólo por la derrota ante el Iberostar Tenerife por 72-79, sino por las malas sensaciones dejadas por el equipo en la pista. Ni espíritu del 98 ni homenaje a esos veinte años del único título copero logrado por el club en toda su historia. Toda esa ilusión se transformó en decepción al termino de los cuarenta minutos. Nada que decir, eso sí, al esfuerzo del equipo hasta el último segundo pese a verse ocho puntos abajo a falta de 1:22 del final (65-73). Sin embargo, los nervios dejaron en nada ese último intento de remontada.

Desde el primer momento quedó claro que el rebote ofensivo del Iberostar Tenerife iba a ser un problema, pero aún así el Valencia Basket logró dominar el juego en los primeros minutos (10-4; min. 3). A partir de ese momento, y tras un parcial de 2-8 (12-12; min. 5), el encuentro se equilibró por completo. Los taronja empezaron a atascarse en ataque al tiempo que, con la entrada de un errático Erick Green, las pérdidas se multiplicaron.

Lejos de aprovecharlo, el equipo de Fotis Katsikaris falló hasta cuatro ataques consecutivos para abrir brecha en el marcador, circunstancia que permitió a los de La Fonteta mantener el partido en un puño. De hecho, un triple sobre la bocina de Doornekamp dio incluso la posibilidad de cerrar el primer cuarto un punto arriba (21-20; min. 10). Renta que, tras una penetración de San Emeterio, se elevó hasta los tres puntos en el arranque del segundo acto (23-20; min. 11). A partir de ahí, sin embargo, tocó sufrir.

A Txus Vidorreta no le tembló el pulso a la hora de sentar a Green y dar entrada a Sergi García en el ‘uno’. Al base mallorquín se le vio con más ritmo pero no fue capaz de hacer jugar a un equipo que seguía colapsado en ataque. Tibor Pleiss fue el auténtico ‘salvador’ en esos minutos críticos (13 puntos, 6 rebotes y 20 de valoración al descanso). El Iberostar Tenerife aprovechó el cortocircuito taronja, primero con Tobey y luego con Ponitka, para llevar la iniciativa en el juego y abrir de nuevo una pequeña brecha en el electrónico (32-36; min. 19). No pintaban bien las cosas pero, afortunadamente, dos buenas acciones de Pleiss y Thomas pusieron las tablas en el marcador antes de llegar al descanso (36-36; min. 20).

Las malas sensaciones se confirmaron tras el paso por los vestuarios. El Valencia Basket, aunque aferrado al partido con uñas y dientes, continuaba sin estar cómodo sobre la pista (40-43; min. 23). Cada ataque era un suplicio, faltaba fluidez, circulación de balón y, sobre todo, acierto. Tanto, que en cuanto el equipo de Katsikaris empezó a ver un poco más el aro, las diferencias se dispararon (44-51; min. 25). El Tenerife había frenado en secó a los taronja desde su defensa y era necesario reaccionar cuanto antes. Así lo entendió Vidorreta tras parar el partido para buscar soluciones al colapso ofensivo de sus jugadores.

Estas llegaron, contrariamente a lo sucedido en el primer tiempo, de la mano de Erick Green con dos triples consecutivos (52-53; min. 27). De ahí al final del cuarto todos los puntos llegaron en jugadas individuales del norteamericano. Y es que eso era lo que ofrecían los taronja en el aspecto ofensivo, mucho juego individual y nada en lo colectivo. Una receta más que preocupante de cara a un último cuarto al que se llegó cuatro puntos abajo (55-59; min. 30).

La situación, lejos de mejorar, siguió empeorando. A los de La Fonteta no les salía absolutamente nada,al tiempo que la confianza del Iberostar que iba en aumento. Con las ideas mucho más claras sobre la pista, el cuadro canario llegó al tramo final de choque con todo de cara para plantarse en las semifinales (59-67; min. 35). Había que buscar la heroica pero, errando tiros relativamente sencillos y sin capacidad para bajar la anotación rival, se hacía imposible. Así, el choque continuó cuesta arriba y cada vez con menos tiempo por delante (63-71; min. 37). La segunda unidad seguía sin funcionar...y la primera ahora tampoco.

Esa falta de acierto fue la que terminó de hundir definitivamente al Valencia Basket, que desde los primeros minutos del tercer cuarto (44-43) nunca logró ponerse por delante en el marcador. El equipo, a la desesperada, lo intentaría hasta el final pero en la misma línea del resto del partido. Los nervios y los errores de los valencianos, ya en ambas partes de la pista, acabaron por cerrar el partido a favor del Iberostar Tenerife.