El fichaje por el Valencia Basket a mediados del mes de diciembre suponía un gran paso en su carrera tras cinco temporadas en Zaragoza. Pese a su juventud, 21 años, era una de las ‘perlas’ nacionales del mercado y, las circunstancias, llevaron a los taronja a adelantarse a otros clubes que ya tenían su nombre en rojo en las agendas. Esta temporada y tres más fue la decidida apuesta en su contrato.

Así de firme era su tarjeta de presentación con 9,5 puntos, 3,2 rebotes, 2,7 asistencias, 1,3 robos y 12,9 de valoración en los nueve partidos disputados con el Tecnyconta en la Liga Endesa. Todo hacía indicar que, con los problemas físicos de Diot y Vives, a los que más tarde se sumó Van Rossom, el destino le reservaba un rol protagonista y que su incorporación resultaría providencial para darle un nuevo impulso al equipo en la dirección. Pero todo se torció ya desde su llegada.

Primero porque vino lesionado y, luego, porque la recaída le tuvo otra vez varias semanas apartado del grupo. «Después de haber estado casi tres meses fuera es normal que a la hora de jugar cueste. Es un equipo nuevo, sistemas nuevos, compañeros nuevos, es verdad que no está siendo sencillo», confesó a SUPER el base balear.

Y gran parte de la culpa viene por la forma de jugar del Valencia Basket pues da la sensación de que no termina de entender lo que espera de él Txus Vidorreta. «No es nada fácil porque yo venía jugando de una manera y adaptarme a otro sistema de juego con otro entrenador no es fácil. Pero lo primordial es el equipo»,admitió García.

El técnico, por su parte, tampoco ha escondido que no encaja en su idea de juego. De hecho, a pesar de no tener bases disponibles en las últimas semanas, ha preferido dar todo el peso del equipo a un reconvertido Alberto Abalde antes que a él. «Lo más importante es que nos dé más consistencia en la toma de decisiones. Estamos trabajando mucho en el tema de videos. Ya tiene ese punto de intensidad en cada entrenamiento, ahí se nota su juventud, pero también en la toma de decisiones. Estamos trabajando para cuando hay compañeros solos darles el balón, que le está costando», indicó el preparador vasco.

Y es que, para Vidorreta, no debe ir tanto con «la idea preconcebida de lo que quiere buscar. El otro día le dio un ally hoop a Latavious Williams.

Es evidente que, al menos por ahora, no convence a su entrenador, y eso es algo que comienza a afectar también a su confianza en la pista como se pudo apreciar este pasado jueves en BelgradoBelgrado. El peaje, por inesperado, está siendo aún más duro. A pesar de ello, el jugador taronja asegura que «cada día estoy mejor. Ahora somos una plantilla mucho más larga porque se han recuperado jugadores, pero voy a intentar entrar lo mejor que pueda y ojalá tenga muchos más minutos». Precisamente es eso lo que, en su opinión, más necesita para «asimilar cada día mejor la complicidad con mis compañeros. Intentaré seguir trabajando para mejorar».

En este sentido, es consciente de que con la llegada de Guillem Vives y Sam Van Rossom jugar se va a poner mucho más complicado para él. Aún así, se mantiene firme ya que «cuantos más mejor, ningún problema porque si falla algún día uno estará otro. Yo voy a intentar seguir trabajando y me da igual que haya uno, dos o tres bases por delante de mí». Es más, piensa que «con la llegada de Vives y Van Rossom vamos a recuperar el juego que se estaba haciendo. No hay que estar nerviosos porque quedan muchos partidos por delante y cosas por los que luchar».

Estadística irreconocible

Con el Valencia Basket promedia 1 punto, 1 asistencia y 1,8 de valoración en la Liga ACB, y 3,8, 1 y 2,4 en la Euroliga. Con el Zaragoza firmaba 9,5 puntos, 2,7 asistencias y 12,9 de valoración.