Dos importantes frentes son los que ahora mismo tiene abiertos el Valencia Basket Valencia Baskety que necesitan urgente respuesta por parte del club. Uno es la lesión en el tobillo izquierdo de Guillem Vives, aquejado de una tenosinovitis, y que tras ser intervenido a principios de enero no termina de encontrar una buena puesta a punto. Es más, las molestias continuan presentes por lo que su regreso a las canchas es a día de hoy una incógnita.

Desgraciadamente, su sustituto natural es un Sergi García fichado a principios de diciembre pero en el que Txus Vidorreta no termina de confiar. Tanto es así que en los últimos encuentros ha preferido seguir dándole galones de base a Alberto Abalde antes que minutos importantes al balear.

El otro frente abierto, probablemente el más complejo desde que arrancó la temporada, es el de Latavious Williams. La situación está llegando a un punto límite una vez confirmado que el divorcio con el técnico es total. Al margen de su actitud en la pista cuando ha jugado, resulta ahora sorprendente la que tiene también en el banquillo. Muy dañina para el grupo y para su propia imagen. Su 'alto grado' de interés en los tiempos muertos de Vidorreta es el mejor ejemplo.