El Valencia Basket dice adiós definitivamente a la tercera plaza de la clasificación de la Liga Endesa después de caer en un intenso final ante el FC Barcelona Lassa por 70-71. Un partido jugado de poder a poder, que se pudo decidir para cualquiera de los dos equipos, pero que en el cara o cruz final se terminó llevando el equipo blaugrana. Cierto es que faltó acierto, sobre todo en momentos puntuales, pero poco se le puede reprochar a los taronja, que a casi 23 segundos del final dispusieron del último balón para ganar el choque.

Empezó bien el partido para el Valencia Basket con la segunda falta de Tomic, que sin embargo aguantó en pista perfectamente hasta le descanso sin cometer más personales. Las defensas se impusieron a los ataques en esos primeros compases, justo cuando llegaron las primeras rotaciones en el cuadro taronja con la entrada de San Emeterio y Doornekamp. Ya entonces los locales parecían haberle cogido mejor el pulso al choque, circunstancia que se refrendó en el marcador con un parcial de 13-2 (17-6; min. 7).

El encuentro se ponía muy de cara y a Pesic no le quedaba otra que pedir tiempo muerto para buscar soluciones. Sobre todo en ataque, ya que a su equipo le costaba un mundo encontrar el camino hacia la canasta rival. La buena defensa del Valencia Basket lo impedía. Pero el Barça reaccionó. Y lo hizo gracias al rebote ofensivo. Esas segundas opciones son las que metieron de nuevo al cuadro catalán en el partido pocos minutos después (21-18; min. 11).

Dubljevic rompió la sequía taronja con un triple, que unido a una gran jugada de Green volvió a disparar al equipo valenciano (26-18; min. 13). Emergió entonces Pau Ribas con dos triples consecutivos, que junto a una canasta de Tomic instauraron las tablas en el electrónico (26-26; min. 15). El parcial era de un preocupante 9-20 para el FC Barcelona en apenas 8 minutos, pero la remontada no llegó a culminarse.

Gran parte de culpa la tuvo la mejoría del Valencia Basket a la hora de cerrar el rebote defensivo con Dubljevic y Will Thomas, limitando así las opciones blaugrana. Con todo, el encuentro se marcharía igualmente al descanso en un puño pese a la ligera ventaja local (36-34; min. 20). Lo peor, sin embargo, fue la sobrecarga en los isquiotibiales de Erick Green que le impidió jugar la segunda parte por precaución.

Un 6-0 de inicio tras el paso por los vestuarios abrió de nuevo la brecha (42-36; min. 22), pero sólo fue un espejismo. El Barcelona, nuevamente desde el 6,75 con dos triples de Koponen y otro de Moerman, le dio la vuelta al choque. Por primera vez lograba ponerse por delante en el marcador y ese era un 'palo' que había que saber digerir (42-43; min. 24). Lo hizo bien tanto el equipo como La Fonteta, metiendo presión en algunas decisiones arbitrales y ayudando a los suyos a superar ese momento crítico. El resultado, con un encuentro ya muy trabado y donde cada punto valía su peso en oro, fue una renta de cinco puntos antes de arrancar el último cuarto (52-47; min. 30).

Esas buenas sensaciones se confirmaron poco después cuando el Valencia Basket, con dos canastas de Buva, se puso nueve puntos arriba (56-47; min. 32). Pero ni mucho menos iba a resultar definitiva esa ventaja. Es más, en poco más de dos minutos fue neutralizada por Jackson y Heurtel con un parcial de 2-13 (58-60; min. 34). De nuevo se complicaba el encuentro, aunque la quinta falta de Tomic hacía albergar esperanzas de poder dar la vuelta a la situación.

Por eso y por el espíritu de un equipo que iba a dejarse todo hasta el final. Y así se llegó con 66-67 a falta de 1:46 para el final. Un triple de Claver y la respuesta en la pintura de Will Thomas dispararon la emoción a falta de un minuto (68-70). El Valencia Basket recuperó la bola y Vives puso el 70-70 con sólo 24 segundos por jugarse. Sergi García ejecutó la orden del banquillo e hizo falta rápida sobre Heurtel, que falló uno de los tiros libres (70-71). Quedaban 22 segundos. El Barça decidió no hacer falta y, cuando llegó el balón a la pintura a Bojan Dubljevic... acabó todo. Hanga robó el balón al pívot montenegrino y el partido finalizó. Una pena en el cara o cruz final.