Pese a que la plantilla para la próxima temporada ya está cerrada en el Valencia Basket, y Jaume Ponsarnau tiene claros los mimbres de los que va a poder disponer, todavía quedan algunas dudas por resolver dentro de la dinámica del primer equipo de cara al próximo curso. Una ya está definida que es la salida de Tryggvi Hlinason cedido al Monbus ObradoiroTryggvi Hlinason Monbus Obradoiro, la otra es la que tiene que ver con el futuro de Josep Puerto.

Un futuro, a día de hoy, incierto. Y es que, al margen de todo lo concerniente a la formación del alero de Almussafes, el Valencia Basket también debe estudiar otros importantes aspectos que tienen que ver con el día a día de la primera plantilla. Uno de ellos, el más importante, el de las lesiones y el hecho de que hombres como Rafa Martínez no vayan a estar con el equipo hasta el mes de diciembre.

Es por ello que, pese a que son varias las propuestas recibidas de equipos de la LEB Oro solicitando la cesión del jugador, la entidad todavía no ha tomado una decisión al respecto. Por un lado hay que ver qué es lo más conveniente para su carrera y progresión, pero por otro tampoco se puede obviar que su salida provocaría una importante pérdida de calidad en los entrenamientos.

Además, en caso de quedarse existe la opción de que pudiera aumentar su presencia de minutos en una competición como la Eurocup y tener más oportunidades en la Liga Endesa. Algo que sería más beneficioso para su formación que recalar en un club carente de herramientas y personal para seguir trabajando con él. Más allá de que su rol, en este supuesto, fuera más protagonista.

La decisión, no obstante, no parece que vaya a demorarse demasiado y muy probablemente en los próximos días saldremos de dudas. Lo que es innegable es que se trata de una ‘jugada’ crucial en la carrera del jugador, sobre todo después de las magníficas sensaciones dejadas con la selección española en el Europeo sub’20.

Recordemos que el alero valenciano fue titular en los siete partidos disputados por España, promediando 9,4 puntos, 4,7 rebotes, 1 robo y 7 créditos de valoración en 26 minutos sobre la pista. A pesar de ser un año más joven que muchos de sus compañeros y rivales -el torneo permitía participar a los jugadores nacidos en 1998 y posteriores-, el jugador taronja fue uno de los referentes del combinado nacional.

De hecho acabó como el tercer máximo anotador y también como el segundo mejor reboteador del combinado dirigido por Luis Guil. En sus registros encontramos actuaciones muy destacadas como los 14 puntos y 5 rebotes en la victoria ante Lituania en octavos de final, los 14-4 ante Croacia o los 12 puntos y 7 rebotes ante Israel.