A Tamara Abalde, la selección le ha dado una nueva oportunidad y la está disfrutando como nunca. La primera jugadora internacional en la historia del Valencia Basket entrena estos días en L’Alqueria para preparar el Mundial, pero mientras lucha por este sueño no oculta su enorme alegría por vestir de taronja esta temporada y estar en un proyecto ilusionante para el club y la ciudad.

¿Cómo van los primeros días en València?, ¿Qué sensaciones tiene?

—Muy bien, las sensaciones son muy buenas, con mucho trabajo que es lo que toca, pero venimos rodadas de la concentración previa de Mallorca. También estoy algo cansada porque los primeros días son duros, pero contenta.

¿Es como una pretemporada?

—Sí, es el principio de la preparación aunque llevemos ese pequeño bagaje de Mallorca. Es lo más duro, con más carga física, táctica, pero es un grupo que trabaja muy bien y así se hace todo más fácil.

¿Qué tal es trabajar en estas instalaciones de L’Alqueria?

—Es genial, yo había tenido la oportunidad de estar por aquí los días previos entrenando y la verdad es que las instalaciones son una maravilla, impresionantes. Estamos muy cómodas, no nos falta de nada y estamos encantadas.

Sorprende con su trayectoria con la selección, que llevara casi diez años sin competir con la absoluta…

—Sí, desde el Europeo de Letonia en 2009, después estuve en una concentración, pero se quedó en eso. Hacía bastante tiempo, me pilló por sorpresa la convocatoria y estoy muy contenta porque es otra oportunidad. Lo afronto con una madurez diferente, por la edad y la experiencia, pero con la ilusión de siempre. Lo estoy disfrutando mucho, estoy muy contenta de que la competición sea también en Valencia y lo estoy disfrutando mucho, estoy muy contenta.

¿En qué momento de su carrera se encuentra?

—En el mejor, llevo unos años que me encuentro a nivel personal y deportivo muy bien, genial físicamente, me encuentro bien en la pista, tengo mucha confianza, me conozco muy bien y eso me hace explotar los puntos fuertes y esconder los débiles. Toda la carrera ha sido un aprendizaje y ahora mismo estoy con mucha confianza, físicamente genial y estoy disfrutando del baloncesto como nunca.

¿Qué sensaciones hay de equipo?

—Está siendo todo muy fácil, es un grupo que lleva junto mucho tiempo. Yo hacía tiempo que no venía, pero las conozco a todas desde pequeñas, he coincidido con otras y para mí ha sido muy fácil meterme en la dinámica de este grupo. El día a día es muy dinámico y llevadero y eso también ayuda.

¿Se ve con opciones de entrar en la lista de 12 definitiva?

—Sí, me veo con opciones, me veo con mucha motivación e ilusión, pero con más madurez y experiencia, estoy aprendiendo a no estar preocupada de lo que no depende de mí. Hay que disfrutar de lo que va llegando, dar el máximo y todo lo que venga, bienvenido sea.

¿Hay confianza en el podio?

—Es un grupo muy ambicioso, que ha ganado muchas medallas, pero parte importante de esos éxitos es que siempre empiezan de cero, entrenamiento a entrenamiento. Lo más difícil es mantenerse, no llegar y después de ganar tantas medallas, la presión está ahí y la manera de afrontar nuevos retos es con mucha pasión y humildad, pero también con ambición.

¿Hay ganas de jugar los partidos de La Fonteta?

—Sí, hay ganas de competir, entrenas para los días de partido, que es lo que nos gusta, competir. Estoy convencida de que La Fonteta reaccionará muy bien, de que vendrá mucha gente y de que se verá un baloncesto top, con equipo de muchísimo nivel.

¿Qué mensaje le enviaría a la gente para que vaya a La Fonteta?

—Que vengan a vernos, que es el primer partido en La Fonteta en mucho tiempo y que es un plato realmente fuerte, es un torneo que va a ser espectacular, con rivales de primer nivel, con buen baloncesto y es la mejor manera de volver a meterse el baloncesto en el cuerpo. Hay que calentar motores y que esta temporada vengan también.

Vuelve a València mucho tiempo después aunque nunca llegó a jugar en el primer equipo del Ciudad Ros Casares. ¿Qué sensaciones tiene?

—Estuve solo una pretemporada, una semanita. Ahora vuelvo a un proyecto muy ambicioso pero hecho con mucha cabeza, el equipo que hemos hecho es muy bueno, pero hay que trabajar. Hay jugadoras con mucha experiencia, que tendremos compromiso, que queremos luchar por este proyecto, para que se mantenga y que crezca. No se han hecho las cosas a lo loco, paso a paso se han ido poniendo piedras para que sea un proyecto duradero y estable. En ese camino tenemos que trabajar. Me gusta lo que veo, mis compañeras, el cuerpo técnico, hay mucha ilusión y muchas ganas, pero los pies están en el suelo y sabemos por dónde ir.

—¿Influyó también el hecho de que en el Valencia Basket estuviera su hermano Alberto?

—Influyó más todo lo primero. Somos profesionales, lo importante es el proyecto, el equipo, el club, pero es cierto que también es un gran aliciente y una suerte sobre todo que pueda estar aquí con mi hermano. A veces te imaginabas coincidir en un lugar y el año pasado, cada vez que venía a visitarlo, me decía, tienes que venir aquí al Valencia Basket el año que viene.

¿El partido con el Celta lo seguiría entonces no?

—Estaba fuera de España y no pude verlo, pero lo fui siguiendo y mi hermano me fue contando también, que estuvo apretadito.

Recientemente informamos del seguimiento que le están haciendo varios equipos de la NBA

—Yo creo que sí tiene opciones, mi hermano es un jugador con muchísimo talento, tienen también un físico impresionante y creo que tiene opciones. No soy del todo objetiva, pero de la NBA hablamos desde pequeños. Pero él está centrado en lo que toca ahora y no es cuestión de tener pájaros en la cabeza. Está pensando en la pretemporada, en seguir creciendo con el Valencia Basket. La temporada pasada dio un gran paso y ha de seguir en esa línea. Siempre se oyen cosas, pero lo inteligente es estar centrado en lo que estás, y si llega el momento de pensar en otras cosas lo veremos entonces.

¿Sería también capaz de hacer lo que hizo él la temporada pasada de ponerse a jugar de base de un día para otro?

—Yo no, habría sido un desastre (ríe). Seguro que no. Él, de una situación complicada, no solo la resolvió con garantías, sino que aprovechó una oportunidad y descubrió cosas que no había tenido la oportunidad de explorar, como es lo de jugar de base alto.