Dos partidos y dos victorias. Dato no demasiado relevante para definir la ‘era Ponsarnau’ cuando la pretemporada apenas ha hecho que comenzar. Estos dos primeros encuentros de preparación, eso sí, han permitido comenzar a vislumbrar el que va a ser el nuevo estilo de juego del Valencia Basket.

«Un entrenador ha de adaptarse y ha de ser consciente de las virtudes que tiene y de las que no. Desde ahí hay que marcar un modelo ofensivo y defensivo que nos haga lo más competitivos posibles, con unos puntos de flexibilidad que nos permitan adaptarnos a las circunstancias, como son las lesiones o el rival», comentaba a este periódico el preparador catalán antes de arrancar la pretemporada. Ahora, unas semanas después de haber iniciado el trabajo con el equipo, esas palabras comienzan a cobrar mayor sentido. Por una parte Jaume Ponsarnau ha simplificado los sistemas, haciéndolos mucho más accesibles para los jugadores. De esta manera, y a fuerza de trabajarlos en el día a día, su objetivo es ganar también en eficacia.

Otra de las nuevas características de su juego va a ser la velocidad. El equipo va a jugar mucho más rápido, buscando siempre ventajas al contraataque y esa va a ser una de las señas de identidad más importantes de su juego. Una filosofía que parte de «las características de nuestros jugadores».

Defensivamente también van a haber bastantes cambios, con normas muy claras dentro de la pista. «Cerrar los partidos desde la defensa debe ser una de nuestras señas de identidad. En el ataque no siempre vas a estar acertado y la defensa es una cosa de trabajo que siempre se puede poner. De momento, en los dos partidos que llevamos esta pretemporada lo estamos consiguiendo», descubría Joan Sastre tras el choque del sábado en Inca.

Pero por encima de todo, y como apuntó a SUPER el capitán Rafa Martínez, «vamos a jugar nuestro baloncesto, que es muy importante en un club como el nuestro. Que se preocupen por nosotros y no nosotros por ellos».

A nadie escapa que en este baloncesto habrán cosas de Pedro Martínez, Sergio Scariolo o incluso Txus Vidorreta, pero por encima de todo de Jaume Ponsarnau, muy identificado con el juego que practican técnicos como Ettore Messina, Dusko Ivanovic o el propio Pedro Martínez. Sin embargo, si hubiera que destacar alguna de sus virtudes sería su capacidad para implicar a todos los jugadores. Y para muestra Will Thomas, con muchas dudas respecto a su continuidad en el equipo, y ahora «contento» tras conocer que su rol va a ser diferente.

«Para lo que voy a trabajar cada día es para que nuestros jugadores encuentren una forma de hacer feliz a la gente. Lo más importante es que los artistas encuentren la forma de que nuestro público esté orgulloso de nosotros», decía Ponsarnau. Y parece que tiene la llave.