La pasada campaña resultó compleja y decepcionante en muchos aspectos. Por un lado los resultados, que no fueron los esperados, y por otro también el rendimiento de algunos jugadores que estuvieron muy lejos de lo esperado cuando se les contrató para ese ansiado regreso a la Euroliga.

El ejemplo más claro lo encontramos en Latavious Williams y, sobre todo, Erick Green. Dos jugadores que llegaron al Valencia Basket con el cartel de hombres importantes en el concierto continental pero que se fueron diluyendo conforme avanzó la temporada. Williams, de hecho, apenas jugó tras una fisura en la tibia que le tuvo prácticamente todo el año de baja.

Tal vez por este motivo resulte menos sorprendente que a día de hoy se encuentre todavía sin equipo. Más si cabe cuando su recuperación sigue siendo una incógnita. Más llamativo si cabe es el caso de Erick Green, que tras su paso por La Fonteta tampoco ha encontrado acomodo en ningún otro equipo.

El norteamericano continúa demandando cerca de 800.000 euros netos por temporada, un caché que tras su pobre rendimiento en el Valencia Basket nadie parece dispuesto a pagar ahora mismo. Ni siquiera en China. Es por ello que, o decide rebajar sus pretensiones o tendrá que seguir esperando a que las lesiones lleven a algún equipo muy atrevido a apostar nuevamente por él producto de la necesidad.

En este sentido, la situación de ambos no es más que la consecuencia directa de lo ofrecido el pasado curso con la elástica taronja. Entre eso, y la plaga de lesiones que asoló el vestuario, lo cierto es que el resultado deportivo a final de campaña sólo fue el reflejo de los muchos problemas suscitados en esos meses.