La Euroliga, aunque más exigente físicamente en la pista, tenía una importante ventaja. Y es que los desplazamientos se realizaban en vuelo chárter. Ahora, de regreso a la Eurocup, la plantilla del Valencia Basket ha comenzado ya a pagar el peaje de la segunda competición continental en la que los vuelos regulares y las interminables escalas son poco más que habituales.

Eso convierte casi cada viaje en una aventura, en la que el tiempo para el descanso apenas existe y donde son muchos los entrenamientos que se pierden dentro de un aeropuerto. El mejor ejemplo lo encontramos en el desplazamiento de esta cuarta jornada a San Petersburgo.

El equipo, tras entrenar por la mañana en La Fonteta, partió por la tarde hacia Barcelona para hacer noche. Este martes, a las 11:50 cogerán un nuevo avión con destino San Petersburgo, donde tienen previsto aterrizar a las 16:05 (hora peninsular, una hora más en Rusia). Tras enfrentarse el miércoles al Zenit en el Yubileyny Sports Palace, harán noche en la ciudad rusa para, ya el jueves, emprender el regreso a València. A las 16:20 embarcarán con destino a Amsterdam, donde llegarán sobre las 19:15 horas. Tras la escala en Holanda, a las 20:30 horas cogerán el último vuelo con destino a Manises, donde tomarán tierra a eso de las 23:00 horas.

En total, cuatro días fuera de casa para recorrer 6.400 kilómetros en cuatro aviones diferentes y con casi 11 horas de vuelo acumuladas. Algo nada aconsejable para jugadores profesionales de esta envergadura y que, entre otras cosas, han desaconsejado la reincorporación de Joan Sastre tras su lumbalgia aguda en la espalda. «No contamos con él para viajar porque es uno de los viajes más largos de la temporada. Esperemos que se recupere lo antes posible. Va evolucionando favorablemente», confirmó el pasado domingo Jaume Ponsarnau.

Por cierto que Rusia es uno de los países que más veces ha visitado el Valencia Basket a lo largo de su trayectoria en competiciones europeas, pero hasta el momento nunca había visitado San Petersburgo para jugar un partido oficial. Tras una trayectoria en la que ha pasado varias veces por Moscú, Khimki, Kazan y Krasnodar y en una ocasión por Tula y Lyubertsy, la Joya del Báltico será la séptima población rusa distinta y la localidad número 85 que el equipo taronja visite.

No obstante, y pese a no haber visitado nunca el Yubileyny Sports Palace de San Petersburgo, no será la primera vez que juegue en la pista de este club. O al menos del club antecesor al Zenit, el BC Triumph Lyubertsy Moscow Region.