La Liga DIA llegó a La Fonteta. El Valencia Basket. Entre otras cosas porque tampoco el equipo de Rubén Burgos mostró suficientes argumentos como para plantar cara al líder de la categoría. Buen test, no obstante, para aprender de los errores y seguir creciendo de cara al futuro en la máxima competición nacional.

Los nervios jugaron una mala pasada al Valencia Basket. Era el estreno en casa, ante el subcampeón de Liga y Supercopa, y eran muchas las ganas de agradar a una Fonteta que presentó una muy buena entrada. Sin embargo, toda esa motivación se convirtió en un exceso de presión que llevó a las de Rubén Burgos a descolgarse demasiado pronto del partido (5-17; min. 6). Defensivamente el equipo también sufría, incapaz de frenar a jugadoras como Roso Buch o Keisha Hampton.

El equipo, eso sí, demostró carácter liderado por una María Pina inconmensurable. La alero valenciana daba oxígeno cuando peor se ponían las cosas con 13 puntos en 13 minutos (24-32; min. 13), pero fue irse al banquillo para recuperar fuerzas y confirmarse el naufragio.

Las imprecisiones se multiplicaron, y tantas facilidades ante un rival del potencial del Girona acabaron por romper el choque casi definitivamente (25-46; min. 17). Rubén Burgos se vio obligado tirar nuevamente de Pina. La medida le permitió, al menos, reducir la distancia antes de irse al descanso (32-46; min. 20).

Tras el paso por los vestuarios la decoración no varió demasiado (34-53, min. 22). Apenas un pequeño atisbo de reacción de la mano de Meiya Tirera (40-53; min. 25), pero que fue cortado de inmediato por Eric Suris con un tiempo muerto. Tras él, el SPAR Citylift Girona devolvió rápidamente las aguas a su cauce para entrar en el último acto con una cómoda renta (45-62; min. 30).

Nunca dejaría de pelear el Valencia Basket, cuyo esfuerzo agradeció La Fonteta pese a la falta de acierto (49-74; min. 35). De ahí al final poca historia en el partido, salvo por la confirmación del trabajo que todavía queda por delante y losbuenos minutos de dos jugadoras 'de la casa' como Esther Díaz y Rebeca Cotano.