El Valencia Basket, no sin dificultades, escribió una nueva página dorada en su trayectoria continental esta temporada tras asaltar el Martín Carpena. Algo que nadie había conseguido hasta ahora en la Eurocup. Una victoria ante el Unicaja que asegura el liderato del grupo G independientemente de lo que suceda en la última jornada del Top 16 y que garantiza también el factor cancha de cara a los cruces.

No entró nada bien el Valencia Basket en el partido. Ni en ataque ni en defensa. En el primer apartado la sequía anotadora se prolongó hasta casi el ecuador del primer cuarto con un triple de Joan Sastre. Fue la primera canasta en juego de los taronja, que antes sólo habían logrado anotar un tiro libre obra de Will Thomas. Un escenario desolador al que se sumó también una defensa que dejó mucho que desear.

El Unicaja no desaprovechó la ocasión y, en tiempo récord, se puso 12 puntos arriba (13-1; min. 4). Justo la renta que necesitaba para depender de sí mismo en la última jornada y acabar primero del grupo G. La pájara iba en aumento y a Jaume Ponsarnau no le quedó más remedio que parar el encuentro. El de Tàrrega demandó, sobre todo, mayor intensidad a sus hombres para lo que les recordó también que apenas habían cometido faltas para frenar a su rival. La valoración, 22 para Unicaja y -5 para los valencianos, hablaba por sí sola.

El equipo tomó nota y reaccionó casi de inmediato. Tres triples consecutivos de Sastre, Van Rossom y Will Thomas les metió de nuevo en la pelea, aunque la clave estuvo en la entrada de la segunda unidad. Con hombres como Vives o Matt Thomas los de La Fonteta subieron el nivel y eso se tradujo pronto en el marcador en cuanto los andaluces dejaron de anotar con tanta facilidad. Un parcial de 6-20 no sólo puso por primera vez al Valencia Basket por delante, sino que dio la vuelta al partido (19-21; min. 13).

Pero las cosas no iban a resultar tan fáciles. Sobre todo porque enfrente estaba un inspiradísimo Jaime Fernández, que parece tener tomada la medida al equipo taronja cada vez que se enfrentan en el Carpena. Aguantó el tipo mientras pudo Matt Thomas, estelar también en este segundo cuarto, pero el dominio de Lessort en la pintura abrió más las opciones para los locales. Ahí estuvo la gran diferencia para que el Unicaja se marchara al descanso con una cómoda renta (45-35; min. 20).

Tras el paso por los vestuarios, el intercambio de golpes fue continúo. El Valencia Basket aguantó el tipo pero siempre jugando en el alambre debido, sobre todo, a sus muchos problemas para ver aro (60-49; min. 28). Y es que únicamente Matt Thomas parecía capaz de anotar con cierta fluidez. Unicaja estaba a un sólo punto de su objetivo, pero emergió ahí la figura de Bojan Dubljevic. El pívot montenegrino, con siete puntos consecutivos, volvió a dar algo de oxígeno a los suyos cuando más lo necesitaban (60-56; min. 31).

El último acto arrancaba con buenas sensaciones para los de La Fonteta. Y más tras el triple de Matt Thomas que puso las tablas en el electrónico (60-60, min. 33). Pero una canasta fácil que Dubljevic perdonó al contraataque dio otra vida extra al Unicaja, que aprovechó el regalo para tras dos acciones de Díez y Fernández irse a cinco puntos (65-60; min. 34). Había que remar de nuevo, y el Valencia Basket lo hizo al ritmo de los triples de Doornekamp y Vives (65-66; min. 35).

El Valencia Basket acababa de abortar el último intento de despegue local y se iba, ahora sí, directo a pelear por la victoria. Todo se puso de cara cuando a falta de 1:27 para el final una canasta, otra vez de Dubljevic, le puso uno arriba (69-70). Unicaja no logró anotar de ahí al final y Vives, con dos tiros libres, puso la rubrica para el definitivo 69-72.