Habrá tercer partido. La Fonteta será quién dicte sentencia este martes en el tercer partido de la serie ante el Unicaja. El Valencia Basket, con mucho sufrimiento y gracias a un San Emeterio excepcional en el último cuarto, igualó la eliminatoria tras vencer por 69-76 en el Martín Carpena de Málaga recuperando así el factor campo en estos cuartos de final. De nuevo todo a una carta para acceder a las semifinales de la Liga Endesa... pero esta vez en la caldera taronja.

Sorprendió Jaume Ponsarnau dando entrada de inicio a un desatado Alberto Abalde. El alero gallego, tras no disputar ni un solo segundo en La Fonteta, tenía ganas de playoffs y lo demostró desde el salto inicial. Sus 7 puntos, unidos a la buena defensa, dio la primera renta clara en electrónico (4-10; min. 6). Una renta para nada producto de la casualidad y que fue creciendo conforme fueron pasando los minutos. La solidez del juego valenciano contrastaba con el de un Unicaja que no terminaba de encontrar el camino. Sobre todo desde el 6,75, circunstancia que acabó por desesperar a los malagueños (10-20; min. 9).

Lo paró Luis Casimiro apenas un minuto después de haber disfrutado también 'del tiempo muerto de la tele'. No le gustaba el escenario en el que se estaba moviendo el encuentro, con un Valencia Basket que era dueño absoluto del ritmo del encuentro. Logró, a duras penas, frenar la productividad rival desde la defensa pero ni mucho menos acercarse en el electrónico debido a la falta de efectividad de sus hombres (18-34;min. 16).

Fue ahí cuando los árbitros cambiaron el partido castigando con faltas cada acción de los hombres de Ponsarnau y colocándoles en bonus a falta de cuatro minutos para llegar al descanso. El Unicaja encontró en los tiros libres un filón para meterse en el choque, y eso es algo que el Valencia Basket no supo encajar. El 14-1 de parcial habló por sí solo (32-35; min. 19). Y todo esto sin que, hasta este momento, Jaume Ponsarnau frenase la sangría con un tiempo muerto. Una canasta de Van Rossom sobre la bocina puso la ventaja en +5 al descanso, aunque el partido ya era otro muy diferente (32-37; min. 20).

El paso por los vestuarios sirvió para aclarar ideas y eso permitió al Valencia Basket entrar a pista con los conceptos más estudiados (34-43; min. 22). Sin embargo, sólo fue un espejismo. El equipo se colapsó de nuevo en ataque y, aunque en un inicio logró mantener a raya a su rival desde la defensa, sólo era cuestión de tiempo que el Unicaja le diera la vuelta al encuentro. Dos triples de Roberts y otro de Wiltjer pusieron por primera vez a los locales por delante para delirio de un Carpena volcado con los suyos (45-43; min. 26).

Por si fuera poco Dubljevic tuvo que retirarse por un corte en la ceja, al tiempo que el partido se ponía cada vez más cuesta arriba (50-45; min. 28). Pero el Valencia Basket no estaba muerto ni mucho menos. Un parcial de 0-7 con Mike Tobey como maestro de ceremonias devolvió la fe al equipo de cara a un último cuarto donde el Unicaja llegó un punto arriba (53-52; min. 30).

San Emeterio recogería el testigo en el tramo final. El alero cántabro, con 11 puntos en esos minutos, mantuvo con vida a los de La Fonteta prácticamente hasta el final. Sin apenas ideas ofensivas y con una defensa que seguía haciendo aguas, sobre todo a la hora de controlar el rebote, fue el internacional español el que en cada ataque contrarrestó los golpes del cuadro andaluz. El coraje y acierto del 'Santo' acabó por contagiar al resto de sus compañeros al tiempo que sembró de dudas al Unicaja. Suficiente para llegar a los últimos dos minutos con una mínima renta que los valencianos supieron controlar y administrar hasta la conclusión del choque.Ficha técnica interactiva: