Ninguna sorpresa. El Valencia Basket llegó al Wizink Center con el desgaste acumulado de la serie ante el Unicaja Unicajay apenas pudo competir ante una muy buena versión del Real Madrid. Las piernas no funcionaron y ante eso poco se pudo hacer más allá de repartir minutos para recuperar oxígeno de cara al sábado. La ACB, eso sí, visto el espectáculo sobre la pista, debería recapacitar seriamente acerca de las fechas y horarios de estos playoffs. El aficionado es al final el gran damnificado... y en este caso también el Valencia Basket.

No hubo que esperar demasiado para comprobar que equipo afrontaba en mejores condiciones este encuentro. El Real Madrid, que apenas sufrió desgaste en su serie contra el Baxi Manresa (2-0), confirmó la teoría previa en tiempo récord. La mala entrada en el partido del Valencia Basket, que llegaba al encuentro sin entrenar después de su dura serie ante el Unicaja (2-1), facilitó mucho las cosas a un rival que aprovechó el 'regalo' para decantar la balanza desde el inicio (20-7, min. 5).

Los taronja estaban sin chispa, sus rostros reflejaban el agotamiento del último choque de cuartos finalizado apenas 46 horas antes, pero no se querían dar tan pronto por vencidos. Jaume Ponsarnau decidió dar entrada entonces a Dubljevic, Van Rossom y Abalde, y el equipo respiró un poco tras tres canastas consecutivas de Will Thomas (24-18; min. 9).

Parecía que por ahí podía comenzar a 'despertar' el Valencia Basket, pero para nada fue así. Pablo Laso paró el choque de inmediato y su equipo instauró de nuevo la velocidad de crucero para seguir atropellando a los de La Fonteta. No tanto en el electrónico pero sí en cuanto a sensaciones (36-21; min. 13). Dos triples de 9 metros de Randolph y Llull fueron el más claro ejemplo de lo que estaba sucediendo en la pista. Un gran acierto local en el tiro frente a un Valencia Basket que remaba y aguantaba el tipo como podía pero carente de ideas, fluidez y eficacia en ataque (48-33; min. 20).

Lejos de mitigarlas, esas sensaciones se confirmaron tras el descanso. El colapso en las filas taronja era total y los locales, con un parcial de 19-5, lo aprovecharon para dejar el partido finiquitado a 15 minutos del final (65-38; min. 25). Ponarnau pidió tiempo muerto, pero la solución en este envite no pasaba por ninguna cuestión táctica. Era un tema de recuperación. Algo que también tenía claro el de Tàrrega, que siguió repartiendo los minutos entre sus hombres pensando ya en el choque de este sábado.

Será ahí donde el Valencia Basket, con algo más de descanso después de intentar no forzar en exceso en este primer duelo, tal vez tenga una oportunidad para traerse una victoria de Madrid. Porque lo que es en este partido no hubo ninguna (74-46; min. 30). Del minuto 1 al 40 los valencianos siempre fueron a remolque de un rival que dominó por completo el encuentro en toda su extensión.