El Valencia Basket continúa a la caza de la guinda para su proyecto, observando cada movimiento que se produce en el mercado para encajar esa última pieza que de un salto de calidad al equipo de cara a la próxima temporada. El último, más allá del ofrecimiento a varios equipos europeos del canadiense Nik StauskasNik Stauskas y que ya está descartado por los taronja, es la salida de Mike James del Armani Milán.

El base norteamericano, de 28 años y 1,85 metros, no encajaba en los planes de Ettore Messina a pesar de restarle un año más de contrato, promediar 19,8 puntos y 6,4 asistencias en la Euroliga y ser elegido en el segundo mejor quinteto de la máxima competición continental. Messina ha priorizado la llegada de hombres como Sergio Rodríguez, Shelvin Mack o Michael Roll, que le han cerrado las puertas a James y obligado a alcanzar un acuerdo para su salida cercano a los 1,5 millones de dólares.

«Aprecio todo el amor y cariño de los aficionados. En este punto, no sé a dónde voy y aún no he hablado con ningún equipo. Tomaré un tiempo para decidir junto con mi familia mi próximo movimiento de cara al futuro. Gracias a todos», aseguró el jugador en su cuenta de Twitter a unos seguidores todavía incrédulos por su marcha.

Es, ahora mismo, la gran joya que ofrece el mercado y todos los equipos de Euroliga lo saben. Entre otras porque su agente, Alex Katsaros, hace días que empezó a mover fichas. El Maccabi Tel Aviv está dispuesto a pujar fuerte por él, CSKA Moscú y Fenerbahçe se lo plantean y en China, donde James Nunnally ya ha firmado por los Shanghai Sharks, también le quieren.

En este tablero de ajedrez hay que seguir esperando a ver cual será el siguiente movimiento del Valencia Basket. Con tres bases en la plantilla - Guillem Vives, Sam Van Rossom y Quino Colom- y un derecho de tanteo en poder del Baskonia desde 2016 no parece un fichaje sencillo, aunque tampoco descabellado. Cumple de sobra el perfil deseado, aunque debería alternar su posición natural con el puesto de escolta.