Está siendo un inicio de temporada ciertamente complicado para el Valencia Basket, al que le está penalizando una Euroliga dónde todavía no conoce la victoria después de tres jornadas. Colista del torneo continental y con la sensación de que todavía queda mucho trabajo por delante para conjuntar al grupo, la exigencia de la Liga Endesa tampoco permite convertir la competición doméstica en un refugio en el que curar heridas. El duelo del pasado fin de semana ante el Barça en el Palau, o el de esta tarde ante otro rival de potencial considerable como el Unicaja son el mejor ejemplo. Además, de nuevo con apenas 43 horas de recuperación tras la dolorosa derrota del pasado viernes ante el Anadolu Efes.

«Tenemos que competir al máximo. Queríamos jugar en Euroliga y sabíamos que el sacrificio es este. Tenemos un enfrentamiento contra uno de los mejores equipos físicamente de la Liga Endesa, entre los tres mejores junto a Barça y Real Madrid», advirtió Ponsarnau, que después de tres derrotas consecutivas entre ambos torneos -Olympiacos, Barça y Efes- espera «dar una respuesta como equipo, encontrando más jugadores, más fuerza, más energía y a ver si más calidad».

No va a ser fácil, pero no queda otra. El ánimo y la confianza no pasan por su mejor momento, pero tampoco la situación física del equipo. Por un lado, a la sabida baja de Joan Sastre aún convaleciente de una rotura fibrilar en el músculo vasto medial de su pierna izquierda, se suma la de Mike Tobey El pívot estadounidense, que apenas pudo jugar 22 segundos el viernes, sufre un esguince externo en el tobillo derecho que le impedirá disputar el encuentro.

A todo esto hay que añadir un virus intestinal de carácter infeccioso que ha afectado a la plantilla durante las últimas horas. Patología que dejó sin jugar a Guillem Vivesante el conjunto turco e hizo que lo hiciera muy tocado Jordan Loyd. Además, en el cuerpo médico existía también el temor a que pudiera afectar a más jugadores.

Tocará, por tanto, cruzar los dedos para hacer frente con el máximo de efectivos y en las mejores condiciones a un rival que llega enrachado a La Fonteta. Y es que al contrario que le sucede al Valencia Basket, el equipo de Luis Casimiro encadena cinco triunfos consecutivos entre Liga y Eurocup. Liderado por una de sus nuevas incorporaciones, el base Josh Adams, el cuadro malagueño se ha repuesto de sus dos derrotas iniciales y está demostrando su peligrosidad como visitante ganando en una pista tan complicada como la del Baskonia.

«Es un equipo que tiene habilidad, especialmente en sus tres bases, que juegan a menudo dos a la vez. Han encontrado últimamente la inspiración de jugadores como el propio Adams, que está jugando muy bien y con mucha confianza o Toupane, que apareció en el último partido de Eurocup y estuvo muy acertado. Tienen muchos jugadores que pueden ser protagonistas», aseguró Ponsarnau. Además, Luis Casimiro tendrá a su plantilla al completo después de que Jaime Fernández, que se perdió el encuentro de Eurocup del martes por unas molestias en el talón derecho, esté ya recuperado.

Un 'clásico' en la ACB

Este encuentro será el 79ª enfrentamiento contra los malagueños en la Liga Endesa, una cifra con la que Unicaja iguala al Real Madrid como el rival más frecuente del Valencia Basket - 41 victorias y 37 derrotas-. Desde la temporada 2015/16 se han enfrentado hasta en 23 ocasiones en diferentes competiciones con 17 triunfos taronja.