Pese a que la victoria del pasado sábado en BurgosBurgos ha supuesto un auténtico balón de oxígeno para el Valencia Basket, la preocupación en el club es máxima. Y no sólo por una situación deportiva que habrá que ver en los próximos días si por fin alcanza una línea ascendente, sino por los problemas físicos que afectan a la plantilla. Y todo antes de un Tourmalet de partidos que llevará a los taronja a enfrentarse esta semana al Barça y al Asvel Villeurbanne en la Euroliga, y al Herbalife Gran Canaria en la competición doméstica.

En este sentido, Bojan Dubljevic y sobre todo Sam Van Rossom centran ahora todas las miradas. El pívot montenegrino recibió un fuerte golpe de Ferran Bassas durante el choque en el Coliseum y todo apunta a que sufre una fractura de nariz. A lo largo de este lunes se conocerá el alcance exacto de la lesión y, una vez analizado todo al detalle, habrá que determinar su disponibilidad para ayudar al equipo en los próximos encuentros. Siempre, en cualquier caso, protegido por una máscara.

El caso más complejo, sin embargo, en el del base belga. Van Rossom, que ya no jugó la segunda parte, se resintió el pasado sábado de la rodilla izquierda -la operada y que le mantuvo una temporada prácticamente en blanco- y a última hora de ayer se le realizaron varias pruebas en València. No es la primera vez que sufre molestias en esta zona, aunque en esta ocasión los síntomas hacen pensar en algo más importante. No obstante, al igual que en el caso de Dubljevic, habrá que esperar a los resultados.

Por otra parte, Jaume Ponsarnau Jaume Ponsarnauha tenido en los últimos encuentros las bajas de Mike Tobey y Joan Sastre. Todo apunta a que el escolta balear podría regresar esta semana, aunque en el caso de Tobey no está tan claro - con el problema de Dubljevic igual tocará forzar algo más-.