El Valencia Basket tras caer frente al Panathinaikos griego en la séptima jornada. Aunque la derrota ha sido menos amarga que otras vividas esta misma temporada, lo ciero es que los de Ponsarnau volvieron a evindenciar la falta de consistencia en muchas fases del partido de la que adolecen toda la temporada. La visita al OAKA, el pabellón de uno de los históricos del baloncesto continental, el Panathinaikos, no se antojaba, ya de entrada, el mejor escenario para curar las heridas. Y efectivamente, no lo ha sido por lo que respecta al resultado que de nuevo vuelve a ser desfavorable a los taronja, aunque la lectura positiva es que los de Ponsarnau han ofrecido tímidos argumentos positivos a lo largo del partido.

El Valencia Basket regresa de nuevo de un viaje europeo con las maletas vacías y añade una nueva derrota a su casillero que arroja ya unos preocupantes números rojos con 1 sola victoria en 7 partidos. Pese a ello en Atenas, durante muchas fases del encuentro, llegó a inquierar a todo un histórico gracias en parte a un Jordan Loyd que firmó una de sus mejores actuaciones.

El esfuerzo no fue suficiente

La Euroliga sigue castigando con derrotas al proyecto liderado por un Jaume Ponsarnau que sin apenas descanso, este domingo tendrá un nuevo examen esta vez en la competición doméstica, la Liga Endesa, en la cancha del UCAM Murcia (20:00 horas). El Valencia Basket, que la semana pasada conquistaba su primer triunfo como local en la Euroliga superando al Asvel Villeurbanne francés, sigue sin ganar fuera de casa.

El partido empezó frío. Ambos equipos intercambiaban tiros erráticos en los primeros compases de partido. El honor de abrir el marcador le correspondía a Labeyrie aunque pronto los griegos llegaban a distanciarse 9-2. Dos triples y una buena presión en defensa le daban vida a los taronja-ayer de blanco- que lograban de nuevo ponerse por delante (11-13). El Valencia Basket lograba frenar de momento al artillero local, Jimmer Fredette, pero las transiciones rápidas favorecían a Panathinaikos que movía banquillo sin perder solvencia. Los griegos se escapaban 21-13. Cada acercamiento del Valencia Basket era castigado inmediatamente. Así, se llegaba al final del primer cuato con 26-18.

Un triple de Marinkovic abría el segundo cuarto de manera esperanzadora. A ello se unía una buena intensidad defensiva y Dudblevic aprovechaba su mayor movilidad ante el gigante Papagiannis (2,20) para reivindicar su hegemonía en la zona. Pero de nuevo, faltaba continuidad, el Valencia Basket se movía a rachas, alternando aciertos y errores mientras los griegos empezaban a calentar muñeca demostrando por qué son uno de los equipos con mejor porcentaje de acierto de la competición. El marcador se estiraba peligrosamente (38-25) y Ponsarnau trataba de frenar la avalancha con un tiempo muerto. Colom, ejerciendo de líder ante la ausencia de Van Rossom quien no viajó a Atenas por sus molestias en la rodilla, asumía la responsabilidad en ataque para volver a inquietar al conjunto griego que se quedaba 'clavado' en los 38 puntos. Una tregua que no aprovechaba el Valencia Basket. El talento de Calathes, dirigiendo con maestría a sus compañeros, acababa con el atasco local. Los griegos volvían a escaparse (45-32). Doornekamp, con un triple abría la puerta a la esperanza dejando el marcador en 45-35 en el segundo cuarto.

Tras el descanso el Valencia Basket salía enchufado. Llegaba el recital de Loyd. La dubla Loyd-Dublevic ponía a los visitantes a tan sólo 3 puntos 49-46. Pedoulakis le leía la cartilla a sus hombres en un tiempo muerto que no parecía surtir efecto y el Valencia Basket seguía dominando con descaro. Solo faltaba culminar una remontada que no acababa de llegar. El Valencia Basket tuteaba a su rival y por fin Loyd en estado de gracia continuaba con su particular recital y ponía las tablas en el marcador con un triple 59-59 a falta de 3 minutos para finalizar el tercer cuarto y él mismo ponía por delante al Valencia Basket poco después con un nuevo triple 61-62. El Panathinaikos ajustaba defensas, recuperaba solvencia en ataque y volvía a escaparse 79-69 a falta de 6 minutos.

El Valencia Basket se mantenía por debajo de la barrera psicológia de los 10 puntos con Loyd liderando de nuevo el ataque. Todo era posible aún. Los de Ponsarnau no se rendían, seguían creyendo, luchando cada balón. Pero el Panathinaikos no estaba dispuesto a dejar escapar el partido. Se tenía que emplear a fondo, para mantener la ventaja, para moverse ya en los últimos minutos en una zona de confort con un Valencia Basket que se negaba a rendirse pero al que se le escapaban los minutos y las oportunidades. La victoria se quedaba en Grecia y de nuevo las dudas asaltan al proyecto de Ponsarnau.

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